Fue una histórica de ‘Los protegidos’ y ‘Amar es para siempre’ y ahora tiene un negocio de barcos en Mallorca: así es Ana Fernández

En ocasiones se hace esperar en el zaguán, pero otras le da al éxito por tocar pronto a la puerta. Ocurrió así en el caso de Ana Fernández, cuyo ascenso a la primera línea actoral se comenzó a describir como meteórico en el mismo instante en el que asumió su rol de Sandra en Los Protegidos, ‘Chispitas’ para los más acérrimos de la ficción. Tenía tan solo 21 a?os, pero ya era un fenómeno social y cinematográfico.

Lo cierto es que todo comenzó un poco antes. La primera aparición de Ana fue en la miniserie El joven Picasso, de Juan Antonio Bardem; tenía apenas cuatro a?os, pero supo estar a la altura —entre 2007 y 2009 también encarnó a Sofía en Cuestión de sexo—. De algo debió darse cuenta porque una década más tarde inició sus estudios de arte dramático; y debió cerciorarse todavía más al no concluir la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas. Ya había despuntado como actriz y su futuro era prometedor.

Tras Los Protegidos su estallido fue descomunal, tanto en la peque?a pantalla como en la grande e, incluso, en el teatro. Fue de rodaje en rodaje, asentándose en Amar es para siempre en 2016, donde interpretó a Carlota Hidalgo a lo largo de 117 episodios, y, un a?o después, en Las chicas del cable, dando vida a Carlota Rodríguez. Este último papel se alargó hasta 2020 y, un a?o más tarde, volvió por la puerta grande a la serie que le vio ‘nacer’: su papel en Los Protegidos: El Regreso apeló a la nostalgia de más de una generación. Once series, cinco películas y dos obras de teatro en menos de 20 a?os. El horizonte no puede presentarse más soleado.

Más allá de la interpretación, Fernández ha tenido una vida íntima plagada de subidas y bajadas. Entre 2010 y 2011 mantuvo una relación breve con Luis Fernández, compa?ero suyo en Los Protegidos; y en 2012 llegó Santiago Trancho. El que fuera cámara de Frank de la jungla fue pareja de la actriz entre 2012 y 2015, convirtiéndose, además, en rostros recurrentes en la prensa rosa nacional. Su historia de amor terminó de manera abrupta cuando en marzo de 2015 Santiago sufrió un accidente de moto en Galapagar (Madrid) que terminó resultando mortal.

De hecho, este fin de semana, en el marco de la XXVI edición del Festival de Cine de Málaga, la actriz ha explicado que después de esta década se siente preparada para contar la historia de amor que les unió y cómo vivió su prematura muerte. “Jamás he vendido nada, jamás he hablado de nada porque creo que he estado siempre en un lugar de mucha protección y han querido que lo hiciera”, ha confesado a Europa Press, reconociendo que ahora, tras “un aprendizaje bestial”, ha decidido hacerlo para “ayudar a quien lo haya pasado, lo esté pasando o lo vaya a pasar, por desgracia”.

Su negocio de barcos

Tras su relación con Santiago, la actriz inició en 2015 una relación con el cantante de rock Adrián Roma que todavía continúa escribiéndose. Más allá de sus respectivas profesiones, juntos han montado un negocio de barcos en Mallorca que le ha convertido, se podría decir que contra todo pronóstico por lo eléctrico de su personaje en Los Protegidos, en armadora.

Según relató la intérprete a ?Hola! el pasado verano, “hace dos o tres a?os” su pareja y ella decidieron comprar “un barquito porque estábamos muy enamorados de la isla”. Como a ambos les costó compaginar su trabajo con la idea de pasar grandes temporadas con el barco en el Mediterráneo, decidieron lanzar su proyecto, Bonawa, previo estudio de mercado, en el que alquilan su embarcación.

Con una sonrisa que se intuye en la respuesta, la intérprete liga su felicidad a la bonanza del proyecto: “Es como tu bebé desde el principio, algo tuyo, que has creado tú y tú eres la responsable”.

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