M?SICA
El villancico sangriento y surrealista de Leticia Sabater
La cantante ha versionado ¡®Last Christmas¡¯ con un videoclip en el que se convierte en Mam¨¢ Noel y termina destripada y sonriente.
La Navidad comienza cuando Mariah Carey descongela su All I Want for Christmas Is You. Casi siempre. En los ¨²ltimos a?os le ha surgido una competidora a la cl¨¢sica voz del invierno; cuando las sonrisas en Manhattan se terminan, Leticia Sabater se abre paso a trompicones para dar ella la bienvenida a las fiestas navide?as. Ya es costumbre escuchar sus villancicos llegadas las fechas clave del calendario. Este a?o lo ha vuelto a hacer.
A uno se le acaban los calificativos para explicar la versi¨®n que la cantante ha hecho de Last Christmas, te?ida de sangre y de sonrisas. Porque la vida es as¨ª y a esa piscina sin agua se lanza ella. Esta es una canci¨®n surrealista de principio a fin. La protagonista entona, en bikini pese al fr¨ªo, mientras baila al son de un estribillo que reza ¡°esta Navidad me comer¨¦ un pib¨®n¡±. El ritmo no es demasiado r¨¢pido, pero sus movimientos son veloces y fren¨¦ticos. La suya es una actuaci¨®n desacompasada que s¨®lo puede contextualizarse cuando se atiende a lo extra?o del argumento.
Una Sabater destripada que no llora ¡°tu fucking love¡±
Todo empieza con Pap¨¢ Noel, el original, que busca a Leticia Sabater para confesarle que este a?o no repartir¨¢ los regalos. Que no puede m¨¢s y que se ha cogido la baja por ansiedad. Est¨¢ decepcionado y cabizbajo. Ella, en la nieve, vestida con pocas y brillantes prendas que cambia por un atuendo de Mam¨¢ Noel veraniega, asume la responsabilidad de entregar los presentes a todo el mundo. Y con unas ganas incansables se pone en marcha de semejante tarea.
Por un motivo todav¨ªa desconocido, aunque presumiblemente por la inflaci¨®n, todos aquellos que reciben la cajita con el lazo tienen cara larga y, en lugar de agradecerle el detalle, deciden agredir a una Leticia a la que le da igual todo. S¨®lo sonr¨ªe y reparte con el mismo mecanicismo que el que tiene un gato chino para bajar el brazo y sacar ¡®piedra¡¯.
Le rompen una botella en la cabeza, le disparan con un revolver en la frente, le clavan unas tijeras en la clav¨ªcula y le apu?alan -sin que el cuchillo toque su vientre, pero m¨¢gicamente caus¨¢ndole graves heridas- y Sabater, con una alegr¨ªa y un desenfreno inexplicables, empieza a rapear. Todo esto, mientras la nieve cae sobre un escenario con una iluminaci¨®n solar propia del mes de junio.
El culmen del villancico llega cuando se tumba en el suelo y un boxeador, hacha en mano, le abre en canal las tripas, dej¨¢ndole las costillas hacia arriba y un boquete circular en el est¨®mago. Con los intestinos fuera, y la cara de quien toma el Sol en una tumbona, sigue cantando que esta Navidad sanar¨¢ sus penas amorosas comi¨¦ndose un pib¨®n, porque, eso s¨ª, no va a llorar ¡°tu fucking love¡±.