El escritor fantasma del libro del pr¨ªncipe Enrique: ¡°Me ten¨ªa exasperado¡±
El autor de ¡®En la sombra¡¯, J. R. Moehringer, ha hablado en ¡®The New Yorker¡¯ sobre la experiencia con el hijo del rey Carlos III y como tem¨ªa ser despedido.
¡°Me ten¨ªa exasperado¡±. As¨ª, con estas palabras, J. R. Moehringer, el escritor fantasma de Spare (En la sombra, en su versi¨®n espa?ola) resume en la revista The New Yorker su relaci¨®n con el protagonista de las memorias, el pr¨ªncipe Enrique.
Al parecer, la relaci¨®n del duque de Sussex con su familia no ser¨ªa la ¨²nica que este texto podr¨ªa haber hecho saltar por los aires, sino tambi¨¦n la del propio hijo del rey Carlos III con el encargado de escribir el libro (el mismo que hizo Open, la biograf¨ªa de Andre Agassi), quien lleg¨® a temer ser despedido: ¡°No me importaba el dinero. El tiempo y el esfuerzo que hab¨ªa invertido iba a desaparecer¡±.
¡°Estaba exasperado con el pr¨ªncipe Harry. Me dol¨ªa la cabeza, ten¨ªa la mand¨ªbula apretada y comenzaba a alzar la voz. Y, sin embargo, una parte de m¨ª todav¨ªa pod¨ªa salir de la situaci¨®n y pensar: Esto es tan extra?o. Estoy gritando al pr¨ªncipe Harry. Entonces, cuando Harry comenz¨® a volverse hacia m¨ª, sus mejillas se sonrojaron y sus ojos se entrecerraron, un pensamiento m¨¢s apremiante ocurri¨®: Vaya, todo podr¨ªa terminar aqu¨ª¡±, comienza a relatar Moehringer.
¡°Era el verano de 2022. Durante dos a?os, hab¨ªa sido el escritor fantasma de las memorias de Harry, Spare, y ahora, revisando sus ¨²ltimas ediciones en una sesi¨®n de Zoom en medio de la noche, hab¨ªamos llegado a un pasaje dif¨ªcil. Harry, al final de agotadores ejercicios militares en la Inglaterra rural, es capturado por supuestos terroristas. Es una simulaci¨®n, pero las torturas infligidas a Harry son muy reales. [¡] Por fin, los captores de Harry lo arrojan contra una pared, lo ahogan y le gritan insultos en la cara, que culminan en una vil excavaci¨®n a¡ ?La princesa Diana?¡±, contin¨²a.
¡°Incluso los falsos terroristas, incluso los soldados brit¨¢nicos incondicionales que observan desde un lugar remoto, parecen reconocer que se ha roto una regla inviolable. Ara?ar esa herida espec¨ªfica, el recuerdo de la madre muerta de Harry, est¨¢ fuera de los l¨ªmites. Cuando termina la simulaci¨®n, uno de los participantes se disculpa¡±, contin¨²a.
¡°Harry siempre quiso terminar esta escena con algo que les dijo a sus captores, una respuesta que me pareci¨® innecesaria y un tanto tonta. Bien por Harry que tuvo el valor, pero terminar con lo que dijo diluir¨ªa el significado de la escena: que incluso en los momentos m¨¢s extra?os y perif¨¦ricos de su vida, su tragedia central se entromete. Durante meses, hab¨ªa estado tachando el regreso, y durante meses Harry hab¨ªa estado suplicando que volviera a entrar. Ahora no estaba suplicando, estaba insistiendo, y eran las 2 a.m., y estaba empezando a perder la cabeza. Le dije: ¡®Amigo, ya hemos hablado de esto¡¯¡±, sigue.
¡°?Por qu¨¦ era tan importante esta l¨ªnea? ?Por qu¨¦ no pod¨ªa aceptar mi consejo? Est¨¢bamos dejando fuera mil cosas m¨¢s, eso es la mitad del arte de las memorias, dejar cosas fuera, entonces, ?qu¨¦ hizo que esto fuera diferente? Por favor, dije, conf¨ªa en m¨ª. Conf¨ªa en el libro¡±, contin¨²a contando. ¡°Aunque esta no era la primera vez que Harry y yo discut¨ªamos, se sent¨ªa diferente; se sent¨ªa como si nos precipit¨¢ramos hacia alg¨²n tipo de ruptura decisiva, en parte porque Harry ya no dec¨ªa nada. Solo estaba mirando a la c¨¢mara. Finalmente, exhal¨® y con calma explic¨® que, durante toda su vida, la gente hab¨ªa menospreciado sus capacidades intelectuales, y este destello de inteligencia demostr¨® que, incluso despu¨¦s de haber sido pateado y golpeado y privado de sue?o y comida, ten¨ªa su ingenio¡±.
No obstante, el escritor se neg¨®. ¡°Las memorias no se tratan de ti. Ni siquiera es la historia de tu vida. Es una historia tallada en tu vida, una serie particular de eventos elegidos porque tienen la mayor resonancia para la m¨¢s amplia gama de personas, y en este punto de la historia esas personas no necesitan saber nada m¨¢s que el hecho de que tus captores dijeron algo cruel de tu mam¨¢¡±.
Tras esto, crey¨® que le despedir¨ªan. ¡°Imagin¨¦ que me sacar¨ªan del libro poco despu¨¦s del amanecer. Casi pod¨ªa escuchar la inc¨®moda llamada telef¨®nica con el agente de Harry y estaba triste. No importa el golpe financiero, estaba concentrado en el impacto emocional. Todo el tiempo, el esfuerzo, los intangibles que hab¨ªa invertido en las memorias de Harry, en Harry, desaparecer¨ªa as¨ª como as¨ª¡±, pero despu¨¦s Harry levant¨® la vista y dijo: ¡°Est¨¢ bien¡±.
Unidos por el dolor
Cuando consultaron a Moehringer acerca de si quer¨ªa tener un contacto para ser el escritor fantasma del pr¨ªncipe Enrique, este acept¨® al instante. ¡°Ten¨ªa curiosidad, por supuesto. ?Qui¨¦n no lo estar¨ªa? Me preguntaba cu¨¢l era la verdadera historia. Me preguntaba si tendr¨ªamos alguna qu¨ªmica. Lo hicimos, y creo que hubo una raz¨®n sorprendente. La princesa Diana hab¨ªa muerto veintitr¨¦s a?os antes de nuestra primera conversaci¨®n, y mi madre, Dorothy Moehringer, acababa de morir, y nuestro dolor se sent¨ªa igual de fresco¡±, cuenta.
¡°Aun as¨ª, dud¨¦. Harry no estaba seguro de cu¨¢nto quer¨ªa decir en sus memorias, y eso me preocupaba. [¡] Sab¨ªa que cualquier cosa que Harry dijera, cada vez que lo dijera, desencadenar¨ªa una tormenta. No soy, por naturaleza, un cazador de tormentas¡±, sigue. ¡°Encontr¨¦ su historia, tal como la describi¨® a grandes rasgos, relatable y exasperante. La forma en que lo hab¨ªan tratado, tanto los extra?os como los ¨ªntimos, era grotesca. Sin embargo, en retrospectiva, creo que ego¨ªstamente acog¨ª la idea de poder hablar con alguien, un experto, sobre ese sentimiento interminable de desear poder llamar a tu mam¨¢¡±.
¡°Harry y yo hicimos un progreso constante en el transcurso de 2020, en gran parte porque el mundo no sab¨ªa lo que est¨¢bamos haciendo. Podr¨ªamos deleitarnos en la privacidad de nuestra burbuja Zoom. A medida que Harry comenz¨® a confiar en m¨ª, trajo a otras personas a la burbuja, conect¨¢ndome con su c¨ªrculo ¨ªntimo. Siempre hay alguien que conoce la vida de su autor mejor que ¨¦l, y su tarea es encontrar a esa persona r¨¢pidamente y entrevistarla¡±, contin¨²a.
¡°Me sent¨ª honrado por su franqueza, y me di cuenta de que ¨¦l se sinti¨® asombrado por ello. Y energizado. Si bien siempre enfatic¨¦ la narraci¨®n y las escenas, Harry no pudo evitar el deseo de que Spare pudiera ser una refutaci¨®n de todas las mentiras publicadas sobre ¨¦l. [¡] Sue?a con retractaciones interminables, lo que significaba un sinf¨ªn de revelaciones.
Su experiencia con Andre Agassi
Pese a los desvelos con el pr¨ªncipe Enrique, Moehringer s¨ª reconoce que con el extenista Andre Agassi congeni¨® enseguida. ¡°?ramos muy diferentes, pero nuestra conexi¨®n fue instant¨¢nea. Ten¨ªa una educaci¨®n de octavo grado pero un profundo respeto por las personas que leen y escriben libros. Yo ten¨ªa un curr¨ªculum deportivo lamentablemente corto, pero una profunda reverencia por los atletas. Especialmente los solitarios: tenistas, boxeadores, toreros, que poseen ese carisma luminoso que surge de vencer a los oponentes sin ayuda¡±, cuenta.
Y Agassi se interes¨® por que ¨¦l fuese el autor de su biograf¨ªa. ¡°Andre odiaba el tenis. Quer¨ªa hablar de memorias. Ten¨ªa una lista de preguntas. Me pregunt¨® por qu¨¦ mis memorias eran tan confesionales. Le dije que as¨ª es como sabes que puedes confiar en un autor, si est¨¢ dispuesto a ponerse crudo¡±, escribe. ¡°Andre sufr¨ªa un dolor intenso y espec¨ªfico que yo podr¨ªa curar¡±, agrega.
¡°Hizo innumerables arreglos, y yo hice arreglos a sus arreglos, y juntos hicimos diez mil m¨¢s, y con el tiempo llegamos a un borrador que nos satisfizo a ambos. La colaboraci¨®n fue tan cercana, tan sincr¨®nica, que tendr¨ªas que llamar a la eventual voz de las memorias un h¨ªbrido, aunque todo es Andre¡±.