El cambio radical de Mart¨ªn Barreiro: de sus proyectos a su imagen

Mart¨ªn Barreiro (44), f¨ªsico, meteor¨®logo y presentador, comenz¨® su andadura profesional en su Galicia natal, donde estuvo varios a?os ligado a la televisi¨®n y radio p¨²blicas de la Comunidad Aut¨®noma. Desde all¨ª, en 2010, dio el salto a RTVE para integrarse en el equipo de ¡®El Tiempo¡¯ donde se convirti¨® durante dos lustros en uno de los rostros m¨¢s familiares de los espacios informativos de La 1, granje¨¢ndose adem¨¢s la simpat¨ªa de la audiencia.

Sin embargo, al igual que sucedi¨® con su compa?era M¨®nica L¨®pez, desde hace tiempo ya no ejerce como meteor¨®logo de cabecera de muchos espa?oles. La catalana dio el salto a la franja matinal del ente p¨²blico en 2020 para presentar ¡®La hora de La 1¡ä, un espacio muy ligado a la actualidad en el que Barreiro colaboraba con una secci¨®n, aunque la aventura fue ef¨ªmera para M¨®nica L¨®pez, que solo estuvo una temporada al frente del formato.

En el caso del gallego parece que su salida de las diversas ediciones del telediario tiene algo m¨¢s de consistencia. Y recorrido. Mantiene su lugar en ¡®La hora de la 1¡ä, pero adem¨¢s tambi¨¦n aparece con frecuencia en ¡®Mejor Contigo¡¯, programa presentado por Ion Aramendi, y de vez en cuando tambi¨¦n lo podemos ver presentando ¡®Aqu¨ª la Tierra¡¯ cuando la ocasi¨®n lo requiere.

As¨ª pues, parece claro que Barreiro ha adquirido mucho peso en la parrilla La 1 y ha dejado atr¨¢s un formato m¨¢s serio y encorsetado como El Tiempo, para evolucionar hacia un estilo m¨¢s desenfadado. Ha dejado los trajes y la corbata a un lado para recuperar conjuntos m¨¢s coloridos y casuales. Y ha recuperado la melena que ya luci¨® en su tiempo.

Y la verdad es que se le ve muy c¨®modo con su nuevo estatus dentro de la corporaci¨®n, que le ha permitido liberarse de las ataduras de la correcci¨®n a las que estaba obligado por la solemnidad de los espacios informativos de La 1. Y el nuevo Mart¨ªn Barreiro, que no es tan nuevo si hacemos un repaso a su perfil de Instagram, ya puede presumir de tener una legi¨®n de incondicionales.