TELEVISI?N
Con la F¡ ?cu¨¢l es la palabra con la que ?scar ha ganado el bote de ¡®Pasapalabra¡¯?
Roberto Leal pregunt¨® a ?scar el apellido de un arquitecto alem¨¢n de principios del siglo XX y el madrile?o, tras haberla dejado para el final, complet¨® el rosco con su acierto.
Apenas restaban segundos al cron¨®metro cuando Roberto Leal volvi¨® a repetir, a la velocidad con la que un rayo cruza el cielo encapotado, la pregunta que jam¨¢s dejar¨¢ de repetirse en la cabeza de ?scar D¨ªaz: ¡°Apellido del arquitecto que dise?¨® la Villa Wenhold, en la ciudad alemana de Bremen¡±. El madrile?o lanz¨®, como un esgrimista su florete verbal, la ¨²ltima estocada: ¡°Fahrenkamp¡±. Premio.
De alguna forma, Emil Fahrenkamp ¡ªno restando esto relevancia a los otros 24 t¨¦rminos que ha acertado¡ª acaba de otorgar casi dos millones de euros al veterano participante, que ya hizo historia en Boom, que pas¨® por Saber y ganar y que hasta concurs¨® en Pasapalabra cuando aquellos que se enfrentaban al rosco se colocaban cascos y el premio se repart¨ªa en pesetas.
Preguntaron a ?scar por el rostro, la mente pensante, que se ocultaba detr¨¢s de los planos de la casa Wenhold, un edificio levantado en 1927 que hoy es uno de los inmuebles m¨¢s importantes de Bremen, protegido y, adem¨¢s, residencial. All¨¢ por 1973 fue catalogado como monumento cultural de la urbe alemana. Y todo viene de ah¨ª, de esa idea que se dibuj¨® en la mente de un profesor acad¨¦mico, un tal Emil Fahrenkamp que lleg¨® a ser, una d¨¦cada despu¨¦s de esta obra, director de la Academia de D¨¹sseldorf.
La curiosa historia de Fahrenkamp
El arquitecto naci¨® en Aquisgr¨¢n all¨¢ por 1885 y estuvo vinculado al mundo del arte desde peque?o, perfeccionando con el paso de los a?os unas t¨¦cnicas que, cuando pis¨® D¨¹sseldorf a principios del siglo XX, le valieron el ingreso en la Escuela de Artes Aplicadas. Diez a?os despu¨¦s era uno de los nombres m¨¢s importantes de la corriente arquitect¨®nica alemana, donde se abri¨® un hueco entre conceptos b¨¢sicos tradicionales y algunas tendencias contempor¨¢neas, am¨¦n del nacimiento de las vanguardias en el Viejo Continente, que implement¨® de manera equilibrada con el empleo del expresionismo y de lo que, a la postre, vendr¨ªa a bautizarse como Nueva Construcci¨®n.
Su valiosa agenda, plagada de poderosos nombres pertenecientes a las altas esferas del Tercer Reich, personalidades de la talla de Hermann G?ring y Joseph Goebbels, contribuy¨® a su ¨¦xito hasta el punto de, a pesar de considerarse ¡°apol¨ªtico¡±, ser incluido en la lista de Dios (una enumeraci¨®n de artistas importantes para el r¨¦gimen nacionalsocialista) del Ministerio de Ilustraci¨®n P¨²blica y Propaganda del Reich.
Despu¨¦s de 1945, con la ca¨ªda de la Alemania nazi, Fahrenkamp pas¨® a un doloroso segundo plano: la pol¨ªtica cultural no aceptaba su pasado e, incapaz de meter debajo de la alfombra su vinculaci¨®n al r¨¦gimen ¡ªcomo hicieron tantos otros¡ª, fue cayendo en un progresivo olvido sin fondo hasta su discreta muerte en 1966. ¡°?Fahrenkamp!¡±, dijo ?scar antes de que el confeti ba?ase el plat¨® de Pasapalabra.
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