Carmen Lomana responde a Paz Padilla: ¡°No se puede ser m¨¢s ordinaria¡±

La inesperada guerra entre Carmen Lomana y Paz Padilla ya es sin cuartel. Aunque ya hab¨ªa respondido la primera a los punzantes comentarios de la gaditana, una nueva pregunta, esta vez ante los micr¨®fonos de Fiesta, han terminado por desatar la dureza y la fina iron¨ªa de la socialit¨¦.

Fue Padilla quien habl¨® primero. ¡°Y yo la miraba [a Lomana] y dec¨ªa: ¡®Las orejas le llegan al maxilar superior. Son dos filetes empanados¡¯. La miraba y pensaba: ¡®Como se pierda en el Museo de Cera van a tardar tres d¨ªas en encontrarla¡¯. Madre m¨ªa, lo que nos cuesta soltar la juventud, ?eh?¡±, fueron las palabras que recogi¨® Semana.

Luego, por si fuera poco, a?adi¨® que Lomana no era la ¨²nica con ese rostro, sino que, en televisi¨®n, se rodeaba ¡°de momias¡± y que eran ¡°todas iguales¡±: ¡°Parece que lo han hecho con martillo y cincel. Los mofletes as¨ª. Todas rubias. Los labios que son dos salchichas. Y la edad, entre 20 y 70 a?os¡±.

¡°A estas ni un minuto¡±

El primer golpe de Lomana fue en Espejo P¨²blico. ¡°Qu¨¦ voy a decir ante semejante... Ella se ha retratado¡±, asever¨®. Luego confes¨® que la c¨®mica y presentadora de televisi¨®n le pidi¨® disculpas y que matiz¨® que todo hab¨ªa sido en clave humor¨ªstica. Quiz¨¢ no haya aumentado esto el fuego de la contienda, pero lo cierto es que tampoco la ha apaciguado. ¡°Le he dicho que escudarse en el humor es absurdo¡±, culmin¨® entonces Lomana.

Su ¨²ltima intervenci¨®n retomar¨ªa aquel intento de perd¨®n para asestar un golpe todav¨ªa mayor. ¡°Me importa tres cominos. No se puede ser m¨¢s ordinaria. Era una ordinariez digna de ella, mira qui¨¦n fue a hablar¡±, esgrim¨ªa, dando una estocada m¨¢s con un fr¨ªo y r¨ªgido: ¡°A estas ni un minuto¡±.

El enfado es categ¨®rico, y aunque no se pretenda que escale otras cumbres irascibles, la socialit¨¦ tampoco acepta, todav¨ªa, la excusa que Padilla dio. ¡°Ella se escuda en el humor, pero yo creo que para hacer humor hay que ser inteligente¡±, sentenci¨®.