Carmen Alcayde, sancionada y arrepentida de entrar en ¡®GH VIP¡¯

Era la invitada sorpresa de esta edici¨®n de Gran Hermano VIP, y durante las primeras semanas no parec¨ªa que nada fuera a torcerse. Sin embargo, durante la ¨²ltima entrega del reality ha quedado patente que no son los mejores d¨ªas para Carmen Alcayde dentro de la casa de Guadalix de la Sierra. Hace unos d¨ªas tuvo que afrontar la salida de Albert Infante, su gran amigo y apoyo en esta aventura; en el pasado programa no logr¨® superar la prueba, recibi¨® una sanci¨®n y, con semejante avalancha de sucesos, se derrumb¨® sentimentalmente.

El reto en cuesti¨®n se llamaba ¡®pagas o palmas¡¯, tuvo lugar en el Debate de GH VIP y consist¨ªa en aguantar los pies dentro de un orificio mientras que dentro se suced¨ªan las incomodidades. ¡°Pensaba que eran tar¨¢ntulas, cucarachas, de todo, nos han chupado, nos han mordido, me he puesto hist¨¦rica y sin querer he sacado los pies y he perdido 500 euros. Se los dar¨¦ a quien gane con un bizum¡±, relat¨® Alcayde, intentando llevar a la chanza la situaci¨®n, pero a punto de romperse.

¡°Estoy rayad¨ªsima con mi trabajo¡±

¡°Lo siento, he intentado aguantar¡±, dec¨ªa. Y es que ese mismo gesto de sacar los pies han conllevado una sanci¨®n acordada en la normativa del reto. El premio final, que arrancaba en 150.000 euros para todos los participantes, se ha ido reduciendo poco a poco por diferentes motivos; y, en esta l¨ªnea, Alcayde dejar¨¢ de percibir 500 euros en caso de terminar el concurso.

Luego entraba al confesionario y se terminaba de derrumbar. ¡°Lo hago todo mal, soy la peor persona del mundo¡±, insist¨ªa. Algunos participantes tachaban de victimista su actuaci¨®n, otros se solidarizaban. Pero ella, frente a Espa?a, s¨®lo iba cuesta abajo en lo emocional; hasta el punto de cuestionar su entrada en el reality e incluso arrepentirse de hacerlo: ¡°no s¨¦ si ten¨ªa que haber entrado, pienso que no me van a querer en los debates, ni me van a querer contratar¡±.

Y es que, precisamente, lo laboral llam¨® a la puerta de su preocupaci¨®n por una imagen que, a su juicio, hab¨ªa quedado manchada. La suya. ¡°Estoy rayad¨ªsima con mi trabajo¡±, reiteraba. Y culminaba: ¡°no tendr¨ªa que haber entrado¡±. Quien fuera la sorpresa de esta edici¨®n afronta sus d¨ªas m¨¢s dif¨ªciles en la casa.