SERIES
As¨ª es a d¨ªa de hoy Melissa Gilbert, la peque?a Laura en ¡®La casa de la pradera¡¯
La actriz de 59 a?os reside en una granja cerca de Nueva York con su tercer marido y dedica sus d¨ªas a la reposter¨ªa, la agricultura y la ganader¨ªa.
Para lo bueno y para lo malo, los a?os setenta fueron una d¨¦cada apasionantemente cruda y vertiginosa. El mundo se asomaba a un nuevo horizonte que poco o nada ten¨ªa que ver con la parte de siglo que dejaban atr¨¢s. Mientras lo nuevo y lo viejo se fusionaban, am¨¦n de las premisas que muchos carteles antibelicistas proclamaban a finales de los sesenta, Estados Unidos entraba en crisis. La televisi¨®n era un clavo ardiendo al que las familias norteamericanas se agarraban para no desconectar de un planeta que parec¨ªa girar demasiado r¨¢pido. Y en esas reuniones al calor de la estufa hab¨ªa una serie que se robaba el show: La casa de la pradera.
Aquella era una producci¨®n que se emiti¨® entre 1974 y 1983, que fue de obligado nacimiento por el ¨¦xito fulgurante de la pel¨ªcula hom¨®nima estrenada en 1973. El productor ejecutivo de televisi¨®n Ed Friendly decidi¨® convertir en fotogramas las letras que describ¨ªan la vida en la frontera americana sepultadas en la autobiograf¨ªa de Laura Ingalls. Y as¨ª naci¨®, como un retazo cinematogr¨¢fico de las tierras septentrionales y colindantes con el empolvado mundo de los colonos estadounidenses del siglo XIX. Quien puso rostro a la peque?a Laura fue Melissa Gilbert, actriz que, d¨¦cadas despu¨¦s, rozando los 60 a?os, lleva una vida no muy diferente a la de aquella ni?a que interpret¨®.
De las adicciones a una apacible granja neoyorquina
Despu¨¦s de aquellos d¨ªas bajo el sol de Minnesota, tras cosechar un ¨¦xito equivalente a infinitas hect¨¢reas de oro en plena fiebre del metal precioso, Gilbert entr¨® por la puerta grande al cine y jam¨¢s volvi¨® a igualar la fama que alcanz¨® de ni?a. Tras una serie de papeles en otras ficciones, como The Miracle Worker o The Diary of Anne Frank, la actriz cay¨® en el oscuro pozo de las adicciones.
Dos libros resumen su vida. En sus memorias, que vieron la luz bajo el t¨ªtulo de Prairie Tale, confesaba todos los problemas de salud que el alcohol le hab¨ªa acarreado en sus ¨²ltimos a?os como actriz. Hace un a?o public¨® Back to the Prairie, en el que la nostalgia y la melancol¨ªa se aferran a su voz literaria para rememorar los tiempos en los que era una ni?a que correteaba por el campo.
Gilbert vive a d¨ªa de hoy en una granja a las afueras de Nueva York, donde pasa largas y felices jornadas realizando aquello que nunca quiso dejar de hacer. La reposter¨ªa, la agricultura y la ganader¨ªa son los tres pilares de su presente, que comparte con su tercer marido, Timothy Busfield, y, en muchas ocasiones, con sus dos nietas. Lejos del cine y de los focos. A trav¨¦s de sus redes sociales comparte su rutina y su opini¨®n acerca del extra?o y cambiante mundo que le rodea. Un planeta que se asoma con v¨¦rtigo a qui¨¦n sabe qu¨¦, oteado desde una humilde granja neoyorquina. En eso no es muy diferente a los locos a?os setenta.