El motivo de montar un Bel¨¦n y un ¨¢rbol de Navidad para decorar nuestra casa
Las costumbres decorativas de estas fechas tienen un origen remoto y significados ancestrales, algunos de ellos anteriores a la llegada del cristianismo.
En Espa?a, las viejas tradiciones occidentales de la Navidad contin¨²an transmiti¨¦ndose de generaci¨®n en generaci¨®n y no han perdido ni un ¨¢pice de su contribuci¨®n est¨¦tica y emocional a que estas fechas sean m¨¢s c¨¢lidas y especiales. Los adornos, las luces, el abeto o el Nacimiento son cl¨¢sicos de la decoraci¨®n de los hogares en diciembre. Sin embargo, no todo el mundo conoce de d¨®nde provienen semejantes costumbres. A continuaci¨®n, os contamos todo lo relativo a las dos m¨¢s famosas, el Bel¨¦n y el ¨¢rbol de Navidad:
El Bel¨¦n
La representaci¨®n del nacimiento del Ni?o Jes¨²s en el pueblo de Bel¨¦n ha dado lugar a verdaderas maravillas de la artesan¨ªa a lo largo de la historia. Los personajes cl¨¢sicos han sido siempre el Ni?o, San Jos¨¦, la Virgen Mar¨ªa y el buey y la mula que se encontraban en el pesebre en el que tuvo lugar la llegada del hijo de Dios al mundo. Pero las escenas pueden adquirir una notable complejidad (ah¨ª est¨¢n los belenes napolitanos para demostrarlo), y en muchas casas se incorporan diversos personajes secundarios, como los Reyes Magos, los ¨¢ngeles o los pastores. El ¡®caganer¡¯ o cag¨®n, la divertida figurita de un pastorcillo defecando, proviene de la zona pirenaica catalana-aragonesa, y es uno de los favoritos de los m¨¢s peque?os.
Seg¨²n parece, la tradici¨®n tiene sus or¨ªgenes en 1223, a?o en el que se llev¨® a cabo en Europa la primera celebraci¨®n navide?a en la que se trat¨® de representar el Nacimiento del Ni?o Jes¨²s. Esto sucedi¨® durante la noche de Nochebuena, en una cueva cercana a la ermita de Greccio, en Italia. Y el responsable del Bel¨¦n no fue otro que San Francisco de As¨ªs, si bien su idea distaba un poco de la de que se lleva a la pr¨¢ctica hoy en d¨ªa: el santo compuso su Nacimiento ¨²nicamente con un buey y una mula verdaderos, sin incorporar figuras humanas.
En Espa?a, los Belenes comenzaron a extenderse como tradici¨®n navide?a a mediados del siglo XVIII, cuando el rey Carlos III de Espa?a (Carlos VII de N¨¢poles y Sicilia), anim¨® a los miembros de la aristocracia a que instalaran un Nacimiento en sus casas.
El ¨¢rbol de Navidad
El ¨¢rbol navide?o tiene todav¨ªa un origen m¨¢s lejano, que se remonta al paganismo centroeuropeo anterior a la propagaci¨®n del cristianismo. Las fechas y los detalles exactos var¨ªan con cada cultura, pero el principio de todo parece estar, de com¨²n acuerdo, en el culto que rend¨ªan los celtas al dios del sol y la fertilidad, Frey, en torno al 8 de diciembre de cada a?o. El ritual se llevaba a cabo en los bosques, en torno a determinados ¨¢rboles que simbolizaban el Yggdrasil, el ¨¢rbol del universo.
Cuando comenz¨® el proceso de evangelizaci¨®n del Viejo Continente en el I siglo despu¨¦s de Cristo, los misioneros y creyentes arrasaron con estas costumbres de la mitolog¨ªa pagana, si bien, pese a todo, estas dejaron su poso: seg¨²n reza una leyenda germ¨¢nica, San Bonifacio cort¨® con un hacha uno de estos m¨¢gicos ¨¢rboles celtas y plant¨® un pino en su lugar, que, por su condici¨®n perenne, representaba el amor de Dios y el ¨¢rbol del Ed¨¦n, que ofrec¨ªa al ser humano los Frutos de la Salvaci¨®n.
Los adornos originales del ¨¢rbol eran manzanas y velas, met¨¢foras, respectivamente, del pecado original y de la luz de Jesucristo. En el siglo XVII, en la ciudad de Estrasburgo, empez¨® a fomentarse la costumbre de decorar los abetos, esparci¨¦ndose despu¨¦s, progresivamente, por el resto de Europa. Eso s¨ª, las manzanas y las velas fueron sustituidas con el tiempo por las brillantes bolas rojas y las luces el¨¦ctricas que colocamos en la actualidad todos nosotros en nuestros ¨¢rboles.