Serena Williams aplaza su despedida en un ambiente espectacular
La estadounidense de 40 a?os, que sali¨® a la Arthur Ashe con una capa, pudo con la montenegrina Kovinic y se enfrentar¨¢ a Kontaveit.
Todo estaba preparado para rendirle un merecido homenaje a Serena Williams en su despedida del tenis, si se daba el caso de una derrota, que se barruntaba previsible, de la ganadora de 23 Grand Slam en la primera ronda del US Open. Pero la hija de Richard Williams, el hombre que urdi¨® el m¨¦todo para que llegara a la cima junto con su hermana Venus, resisti¨® para ganar por 6-3 y 6-3 en 1h39 a Danka Kovinic y asistir el mi¨¦rcoles a otro baile, quien sabe si el ¨²ltimo, en el Grand Slam que la vio nacer como una estrella del deporte en 1998. En Nueva York levant¨® su primer trofeo en un major y en la ciudad que nunca duerme pondr¨¢ fin a su carrera, pero no ser¨¢ este lunes. No lo tendr¨¢ f¨¢cil contra la cabeza de serie n¨²mero dos del torneo, Anett Kontaveit. ¡°He sido un poco vaga sobre esto. Igual continu¨® as¨ª, porque nunca se sabe¡±, brome¨® con iron¨ªa cuando le preguntaron, en rueda de prensa, si esta era su ¨²ltima competici¨®n.
Serena, cerca de cumplir los 41 a?os, apareci¨® en la Arthur Ashe como un superhero¨ªna, con una capa de lentejuelas doradas en mitad de un estruendo impresionante de los casi 24.000 espectadores que abarrotaron la pista de tenis m¨¢s grande del mundo, todos en pie. Entre ellos, famosos como el director de cine Spike Lee, que particip¨® en el sorteo de saque, el m¨ªtico boxeador Mike Tyson, el expresidente Bill Clinton, la dise?adora Vera Wang y la cantante Gladys Knight, entre otros. Hab¨ªa sonado antes el himno nacional estadounidense, en la voz de la int¨¦rprete y actriz Anika Noni Rose. De hecho, esta fue la sesi¨®n nocturna con m¨¢s espectadores, contando con la cancha Louis Armstrong y las pistas exteriores, de la historia del evento neoyorquino (29.402) y la segunda mayor asistencia de todo un d¨ªa (71.332). ?El principio del fin de la era COVID? ¡°Ha sido sobrecogedor. Muy ruidoso y lo he sentido en el pecho. Un sentimiento muy bueno que nunca olvidar¨¦ y que significa mucho para m¨ª¡±, reconoci¨® al hablar del recibimiento que la otorgaron.
El partido lo empez¨® bien, Williams, con un break para ponerse con 2-0 y saque. Pero su camino se torci¨® con tres juegos seguidos de Kovinic y se extendi¨® un runr¨²n de preocupaci¨®n en la central entregada al icono. No se ve¨ªa venir su reacci¨®n, pero lleg¨® con un parcial de 4-0 por un desempe?o encomiable e instantes de buen tenis. Serena alcanzaba las dejadas y se mov¨ªa bien lateralmente. El servicio, m¨¢s potente con el paso de los minutos, la salv¨® de alg¨²n apuro y con el primer set en la buchaca, se llen¨® de confianza.
Final apote¨®sico
Su vestido brillaba tanto como su orgullo de campeona, seis veces del US Open, que abandonar¨¢ sin haber perdido jam¨¢s un partido de primera ronda (21-0) y con un balance incre¨ªble de sets en sus estrenos: 44-2. Y busc¨® con ah¨ªnco una victoria r¨¢pida que no la exigiera un mayor esfuerzo. As¨ª se adelant¨® con un nuevo break y aguant¨® con clase y determinaci¨®n, mientras Kovinic, la ¨²nica tenista que compite por Montenegro en el circuito (27 a?os y 80? del mundo) quiz¨¢ sobrecogida por el ambiente, se resignaba ante la ocasi¨®n perdida. Serena celebr¨® su triunfo como una ni?a, con unos saltos tiernos e infantiles y el p¨²blico de nuevo en pie, como su marido, Alex, y su hija, Olimpia. Para muchos quiz¨¢s fue la ¨²ltima ocasi¨®n de verla ganar y quer¨ªan una instant¨¢nea del punto de partido. Y al final, s¨ª que hubo homenaje. Billie Jean King, que da nombre al recinto que acoge el torneo, pionera del feminismo en el deporte, alab¨® a Williams como ¡°inspiradora e inclusiva¡±, sobre todo ¡°para las mujeres de color¡±, antes de la reproducci¨®n de un v¨ªdeo de agradecimiento con palabras de la periodista Oprah Winfrey.
¡°No me lo esperaba¡±, dijo ella devolviendo las gracias. ¡°Lo de la gente ha sido una locura¡±, continu¨®. ¡°Es una decisi¨®n dura, porque cuando amas tanto algo es dif¨ªcil decir adi¨®s. Pero creo que es la hora, tengo familia y una empresa. Hay que ser campeona tambi¨¦n en la vida. Lo veo como una evoluci¨®n¡±, explic¨®. ¡°Nunca hay que rendirse, aunque suena a clich¨¦ y es lo que hago. Tambi¨¦n voy a jugar dobles con Venus aqu¨ª¡±, avanz¨®. ¡°Y quiero ser una buena madre para mi hija¡±, concluy¨® al explicar c¨®mo se hab¨ªa ocupado de ella antes de jugar. Despu¨¦s, los aficionados, con unas cartulinas azules y blancas, formaron en las gradas la frase We love you, Serena¡± (Te queremos, Serena). En un par de d¨ªas, volver¨¢ el espect¨¢culo.