La sonrisa m¨¢s grande de Sorribes: segundo t¨ªtulo y subid¨®n

Nada ni nadie pod¨ªa borrar la sonrisa de Sara Sorribes. La jugadora espa?ola, que recientemente vivi¨® uno de los tramos m¨¢s duros de su trayectoria, conquist¨® este s¨¢bado el segundo t¨ªtulo de su carrera al ganar a la rusa Ekaterina Alexandrova por 3-6, 6-4 y 6-4 en la final del WTA 250 de Cleveland. En lo num¨¦rico, m¨¢s all¨¢ de agrandar el palmar¨¦s (ya ten¨ªa el WTA de Guadalajara), la victoria supone un subid¨®n en el ranking, del puesto 95 al 55; en lo emocional, va mucho m¨¢s all¨¢. En abril, la castellonense volv¨ªa a las pistas despu¨¦s de seis meses de tortura. Una lesi¨®n por estr¨¦s en el escafoides del pie derecho le fren¨® en seco. En Estados Unidos, todo cobraba sentido de nuevo.

¡°Me voy a tomar mi tiempo, porque no todos los d¨ªas se gana un t¨ªtulo¡±, dec¨ªa Sorribes antes de recoger el trofeo, visiblemente emocionada. ¡°Muchas gracias a mi familia, a mi hermano, a mis padres... a toda la gente que me ha ayudado a estar aqu¨ª y ser tenista. Siempre me hab¨¦is dicho que luche¡±, continuaba. ¡°Es incre¨ªble poder llamar familia a tu equipo. No s¨¦ qu¨¦ decir. Voy a intentar decir algo, pero no s¨¦ si voy a poder. Me llena mucho teneros cerca. Muchas gracias, no puedo decir nada m¨¢s¡±, terminaba antes de lo que ten¨ªa pensado, cortada por las l¨¢grimas. Su equipo, conformado por Paco Fogu¨¦s, Silvia Soler y Blanca Bernal, lloraba de alegr¨ªa con ella.

Premio a la lucha

Con ese saco de emociones y de buen tenis, el mostrado a lo largo de toda la semana, ahora, Sorribes viajar¨¢ de Ohio a Nueva York, donde disputar¨¢ el US Open. Debutar¨¢ contra la ucraniana Anhelina Kalinina. Y lo har¨¢ muy reforzada. Ante Alexandrova, Sara fue m¨¢s Sara que nunca. Durante casi dos horas y media. La rusa, mucho m¨¢s agresiva, sumaba ganadores con su poderosa derecha; la espa?ola, por su parte, le provocaba errores. En esa balanza estaba el partido y Sorribes, m¨¢s paciente, la decant¨®. Se olvid¨® del primer set y remont¨® tanto en el segundo como en el tercero. La perseverancia tiene premio. Y Sara es el mejor ejemplo: en Cleveland, donde entr¨® como lucky loser, ya es la campeona del torneo con el ranking m¨¢s bajo. ¡°Hay que luchar¡±, le han dicho siempre.