Vinicius y Mbapp¨¦ condenan a Ancelotti
Nadie debe sorprenderse de lo sucedido en el Emirates. Al final a un equipo lo hace el h¨¢bito del trabajo diario y no le vale, o no le debe valer, con aplicarse en los supuestos d¨ªas de campanillas. El esfuerzo ocasional se vence ante la renuncia permanente. Al Madrid le pas¨® por encima un tren futbol¨ªstico en la segunda parte, cuando el Arsenal perdi¨® el miedo a su leyenda y a los nombres para desempe?arse con la ambici¨®n, calidad y voluntad que representan al equipo de Arteta. Lo hizo ante un rival dimitido, de brazos ca¨ªdos y sin alma, expuesto por su irresponsabilidad defensiva y una fragilidad t¨¢ctica que interpela directamente a Ancelotti. Es cierto que esta vez el plan del italiano tuvo sentido, salvo la dudosa aparici¨®n de Alaba en el lateral izquierdo. Debi¨® pensar que el austr¨ªaco ha disparado muchos tiros en partidos as¨ª y que se manejar¨ªa mejor que Fran Garc¨ªa ante Saka, pero cuando uno no est¨¢ no se le puede pedir volver en escenarios de tron¨ªo. En el otro lateral, Ancelotti quiz¨¢ no ten¨ªa m¨¢s remedio que sacar a Valverde, aunque tambi¨¦n parece claro que al uruguayo lo necesita en el centro del campo donde Camavinga pen¨® de nuevo. A partir de ah¨ª, con un Arsenal menos vehemente que de costumbre, el Madrid complet¨® un primer tiempo de aprobado. Tuvo el partido donde quer¨ªa, a una buena entrega de plantarse solo ante Raya. Se vio en varios ocasiones, sin que Vinicius y Mbapp¨¦ pusieran de su parte. Y Ancelotti no hizo nada para girar la situaci¨®n.
Ninguna de las dos superestrellas estuvo a la altura que le correspond¨ªa y ambos desafinaron en las transiciones, pese a que Bellingham les puso balones francos para castigar el repliegue gunner. Ensombrecidos Vinicius y Mbapp¨¦, el Madrid se mantuvo firme el tiempo que le sostuvo Courtois. A nivel futbol¨ªstico, Arteta trabaj¨® bien el dos contra dos de Odegaard y Saka con Bellingham y Alaba. El aclarado para que recibiera el extremo fue la principal v¨ªa de ataque del Arsenal. La posici¨®n interior de Lewis-Skelly en la salida para tener superioridad por dentro favoreci¨® el control posicional local, con Thomas y Rice de sobresaliente ambos, y un Mikel Merino que mejor¨® cada jugada cuando se ofreci¨® en el apoyo. Aun as¨ª, este Madrid reserv¨®n, tirado en su campo como cada vez que viaja por Europa, tuvo de verdad las balas a su disposici¨®n para sacar tajada en los contraataques durante el primer acto. Lo evit¨® la noche nefasta de Vinicius y Mbapp¨¦ antes de que un cicl¨®n le arrollara. Cuando se quiso dar cuenta, Rice hab¨ªa hecho justicia a la realidad actual de cada uno de los dos equipos y Mikel Merino agrav¨® despu¨¦s la deriva de los de Ancelotti. El Madrid queda en la lona, a salvo de un milagro, pero resulta dif¨ªcil pensar que pueda hacerlo. Lo primero ser¨¢ que aflore, de una vez por todas, el esp¨ªritu cr¨ªtico que no le ha acompa?ado en toda la temporada y que repare en las deficiencias notables de su juego. Invocar a la ¨¦pica no le ser¨¢ suficiente si el f¨²tbol ocupa un segundo plano como hasta ahora.
Nula intensidad

Vinicius y Mbapp¨¦ disfrutaron de opciones interesantes para agujerear al Arsenal en las transiciones. Decidieron mal, estuvieron lentos y t¨ªmidos en los duelos. Aqu¨ª Timber se impone con facilidad al brasile?o.
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