Una grada llena de peces
Cuando piensas que ya lo has visto todo en la vida, aparecen el f¨²tbol... y los peces inflables. El mi¨¦rcoles, el Grimsby Town hizo algo que no hab¨ªa logrado desde 1939: llegar a los cuartos de final de la FA Cup. Y lo logr¨® de manera ¨¦pica, gan¨¢ndole al Southampton en un estadio a 500 kil¨®metros de distancia de su hogar, en una noche fr¨ªa y costera que quedar¨¢ grabada en la memoria de todos los aficionados del club. No es la primera vez que un equipo de cuarta divisi¨®n se cepilla a uno de primera, y aunque lo suyo debe ser calificado como un milagro deportivo en toda regla, lo que m¨¢s me interesa de esta historia sucedi¨® en la grada. Como casi todo lo bueno en este deporte extra?o.
Qu¨¦ carajo eran esos peces inflables que inundaban el fondo abarrotado de seguidores del Grimsby? Al parecer, estos artilugios con forma de pescado acompa?an a los seguidores del Grimsby Town en todos los partidos importantes desde que la ocurrencia cal¨® en otra eliminatoria contra el Wimbledon en los a?os ochenta. El pez se llama Harry Haddock, es un reflejo de la identidad portuaria de la ciudad y por tanto, mucho m¨¢s que un simple juguete. ¡°El f¨²tbol es, entre otras cosas, una excusa para hablar sobre uno mismo¡±, dijo Nick Hornby. Y en el caso del Grimsby Town, los peces inflables son una forma de hablar sobre la propia historia y las propias ra¨ªces.
En una ¨¦poca en la que el f¨²tbol de ¨¦lite parece m¨¢s interesado en los n¨²meros de cuenta bancaria que en los n¨²meros de camiseta, la tradici¨®n de los peces inflables es un aut¨¦ntico soplo de aire fresco. Un espect¨¢culo en s¨ª mismo que trasciende su valor simb¨®lico. Un recordatorio de que la grada deber ser siempre una fiesta al servicio del aficionado. ?Qui¨¦n necesita la seriedad de un teatro cuando puedes tener una lluvia de papelitos o besugos inflables en tu estadio! Gente como la del Grimsby demuestra la capacidad imbatible del f¨²tbol para fabricar sorpresa, aunque a veces tengamos que buscarla en las gradas en vez del campo.