Un n¨²mero uno sin asterisco
Vale que Novak Djokovic no pudo defender su n¨²mero uno en Indian Wells. Pero tampoco Carlos Alcaraz pudo competir este a?o en el Open de Australia cuando ostentaba esa misma posici¨®n, y no por ello se cuestion¨® el dominio de Nole. La historia del deporte no se construye con los ausentes, sino con los presentes. Siempre hay circunstancias alrededor. As¨ª que el regreso de Carlitos al n¨²mero uno mundial hay que desprenderlo de cualquier asterisco. Alcaraz vuelve a ser el rey, por su rebosante calidad y porque se lo ha currado. Para ello ha tenido que conquistar el primer Masters 1.000 de la temporada transitando por un espinoso camino. El murciano dobleg¨® en cuartos a Felix Auger-Aliassime, a quien no hab¨ªa ganado nunca en sus tres partidos anteriores, su bestia negra hasta la fecha. En semifinales, a Jannik Sinner, con quien llegaba empatado 2-2, otro hueso duro de roer. Y en la final, nada menos que a Daniil Medvedev, otro ex n¨²mero uno de la ATP, el tenista del momento en pista r¨¢pida, con 19 victorias consecutivas y tres t¨ªtulos encadenados. Alcaraz no s¨®lo fue capaz de cortar esa imponente racha de Medvedev, sino que le apabull¨® dentro de la pista, 6-3 y 6-2, en 70 minutos, para culminar el torneo sin haber cedido un solo set.
El espa?ol regresa por segunda vez a la cima del tenis a los 19 a?os. Y ninguna de las dos ha sido por una carambola. El a?o pasado ten¨ªa que ganar el US Open, su primer Grand Slam, para conseguirlo. Lo hizo. Y esta vez deb¨ªa campeonar en Indian Wells, no le val¨ªa otro resultado. Tambi¨¦n lo remat¨®. Estados Unidos se le da especialmente bien. Ahora encara un nuevo reto, sin salir de Norteam¨¦rica: para conservar el trono debe revalidar su corona en el Masters 1.000 de Miami. Ya triunf¨® all¨ª el a?o pasado. A su alcance lo tiene. No importa qui¨¦n est¨¦ enfrente.