Un Mundial sin pol¨ªtica
En los Juegos Ol¨ªmpicos de 1968, los atletas Tommie Smith y John Carlos ganaron las medallas de oro y bronce respectivamente en la carrera de 200 m. Al recibirlas, mientras sonaba el himno de los Estados Unidos, levantaron un pu?o y agacharon las cabezas en se?al de apoyo al Movimiento por los Derechos Civiles. Hoy la foto es un s¨ªmbolo de c¨®mo el deporte puede ayudar a la lucha social, ya que es uno de los pocos ¨¢mbitos en el que se compite de igual a igual y eso permite la revancha de quienes est¨¢n marginados por (el) sistema. Dicho de otro modo: los ganadores del estadio son a veces los repudiados en la sociedad.
En su momento Tommie Smith y John Carlos fueron juzgados duramente. Se les acus¨® de ensuciar el inmaculado mundo ol¨ªmpico con cuestiones pol¨ªticas. El entonces presidente del COI Avery Brundage exigi¨® que fueran expulsados de la Villa Ol¨ªmpica. La mayor¨ªa de la prensa estadounidense censur¨® el gesto. Al parecer, la revista Time public¨® una imagen de los aros ol¨ªmpicos con la leyenda ¡°m¨¢s enfadado, m¨¢s desagradable, m¨¢s feo¡±, en lugar del lema cl¨¢sico Citius, Altius, Fortius.
Hace unos d¨ªas la FIFA envi¨® a las federaciones nacionales una misiva en la que Infantino les ped¨ªa que eviten ¡°las batallas ideol¨®gicas o pol¨ªticas¡± durante el desarrollo del campeonato. Aunque a?adi¨® que todos ser¨¢n bienvenidos ¡°independientemente de su origen, religi¨®n, g¨¦nero, orientaci¨®n sexual¡±, la FIFA quiere evitar reivindicaciones por los derechos humanos en general y por los derechos de las personas LGTBI en particular. En lo que a ¨¦stos ¨²ltimos respecta, uno no puede entender que reivindicar que nadie sea perseguido, juzgado e incluso asesinado por amar a una persona del mismo sexo sea considerado una ¡°batalla ideol¨®gica¡±, ni que un gesto de solidaridad con el colectivo manche la competici¨®n. Al contrario, quiz¨¢ el no hacerlo y convertir el mundo del deporte en algo social y pol¨ªticamente as¨¦ptico sea lo que, parad¨®jicamente manche el f¨²tbol. Hay silencios muy elocuentes. En un mundo que necesita el compromiso global, el deporte no debe dar la espalda a la gente que sufre. Me intriga cu¨¢l ser¨¢ la postura de las federaciones, jugadores, afici¨®n y prensa durante el Mundial. ?Hemos avanzado desde 1968?