Un Madrid de tradiciones
La complicidad eterna del Madrid con la Champions se explica en noches como la de B谷rgamo. Con todo en contra, jugando mal salvo una buena entrada en el partido, sali車 airoso de una situaci車n muy peliaguda. Se puede decir que tuvo m芍s pegada que f迆tbol, m芍s suerte que ideas, pero aun as赤 nunca se dej車 doblegar por sus debilidades y contuvo el aliento ofensivo del Atalanta como buenamente pudo. Tener a Courtois es m芍s que un seguro de vida. La victoria aclara el panorama del Madrid, que har赤a bien en no conformarse con la misma. Porque estructuralmente volvi車 a ser un equipo cort赤simo de juego y m芍s fr芍gil de lo que deber赤a ser. Ancelotti prepar車 el encuentro con la intenci車n de atraer la presi車n de Gasperini y explotar los marcajes individuales del rival. En ese aspecto, el Madrid lo hizo bien con los movimientos de Mbapp谷 o del propio Bellingham a la espalda de la zaga del Atalanta. Ganar la segunda jugada despu谷s del bal車n en largo tambi谷n era una prioridad blanca, pero el Madrid se traspapel車 r芍pidamente tras ponerse en ventaja. No le dur車 la posesi車n nada, algo que no se entiende si uno mira la plantilla. Un equipo con jugadores capacitados para ello no puede reincidir en errores absolutamente evitables o simplemente agarrarse al arma de la transiciones como 迆nico modelo de juego.
Al perder el Madrid tan r芍pido la pelota, el Atalanta creci車 con sus carrileros y centrales en campo contrario. Y se aprovech車 de las dificultades de Lucas V芍zquez para hacer sombra a Lookman. El espa?ol exhibi車 sus dificultades para defender a jugadores de primer nivel en el uno contra uno, mientras que el nigeriano demostr車 otra vez estar en ese percentil de exigencia. El Atalanta subi車 el ritmo, meti車 balones entre l赤neas y carg車 un 芍rea que R邦diger, Tchoaumeni (menos en el penalti) y Courtois sostuvieron con cierta jerarqu赤a. Los de Gasperini certificaron ser un se?or equipo, especialmente en ataque, con una movilidad permanente que le hace abrir espacios por todos lados y acumular grandes ocasiones de gol. En cambio, el Madrid todav赤a no lo es, aunque Ancelotti busque alcanzar el equilibrio con f車rmulas r迆sticas como el doble pivote (Ceballos-Valverde) o los tres centrales de los 迆ltimos minutos. Pero sus individualidades, incluido en las mismas ya Mbapp谷, resolvieron una vez m芍s. Courtois par車 m芍s de lo imaginable, Bellingham expandi車 su liderazgo en todos los frentes del juego y Vinicius, todav赤a renqueante, clarific車 el rumbo con apariciones decisivas. En eso s赤 que el Madrid es un equipo de costumbres.
Ruptura dise?ada
Ancelotti mand車 atacar la defensa adelantada del Atalanta con los movimientos a su espalda de Bellingham o Brahim. En el 1-3, Vinicius baj車 a recibir y el ingl谷s se descolg車 con un desmarque desde atr芍s.