Un Leverkusen que vuelve a estar lanzado
Tras un inicio de temporada complicado en el que pareci¨® acusar la resaca de la exitosa campa?a anterior, el conjunto alem¨¢n ha recuperado la velocidad de crucero. Encadena 11 victorias consecutivas.
Cost¨® arrancar, pero ya vuela. En cierto modo, que volver a empezar fuera una tarea dif¨ªcil tras la gloriosa temporada del doblete entraba en todas las previsiones. Al fin y al cabo, alcanzar de nuevo ese ritmo competitivo, ese estr¨¦s emocional derivado de la obligaci¨®n de ganar cada semana, no es tan sencillo tras la descompresi¨®n de las vacaciones y de la celebraci¨®n. Los rivales, adem¨¢s, les estaban esperando con m¨¢s ganas. El Leverkusen empez¨® el curso 24-25 de forma m¨¢s discreta, sin ning¨²n tropiezo sonado en la competici¨®n dom¨¦stica, pero con un ritmo de puntuaci¨®n menor al de la campa?a anterior. En realidad s¨®lo perdi¨® un partido: el 2-3 ante el Leipzig en la segunda jornada de la Bundesliga. Pero empat¨® demasiados: hasta cinco en un periodo de seis partidos en el que sum¨® ocho puntos sobre dieciocho posibles. Durante esa mala racha lleg¨® la gran goleada sufrida en Anfield en la Champions: un 4-0 algo enga?oso, ya que se lleg¨® al descanso con empate, pero que sirvi¨® para instalar el discurso de que el de Xabi Alonso era un equipo muy inferior a su propia versi¨®n de doce meses atr¨¢s. Entonces lleg¨® la reacci¨®n: once victorias consecutivas (ocho en liga, una en Copa ante el Bayern y dos en Europa). Y con esta din¨¢mica ganadora a¨²n en curso se presenta hoy en el Metropolitano, a¨²n a tiempo de todo: est¨¢ a cuatro puntos del conjunto muniqu¨¦s en la Bundesliga y es cuarto en la m¨¢xima competici¨®n continental.
Una gran flexibilidad t¨¢ctica. El sistema de referencia del Bayer Leverkusen de Xabi Alonso es el 3-4-2-1, pero no es inamovible. En algunos partidos, el guipuzcoano puede sorprender con una l¨ªnea de cuatro atr¨¢s, con un tercer centrocampista por dentro o con alturas diferentes de los te¨®ricos carrileros. A veces, incluso, el dibujo es dif¨ªcil de descifrar para el rival. Hincapi¨¦ puede pasar de central izquierdo a lateral; Grimaldo y Frimpong, de formar parte de la ¨²ltima l¨ªnea a ubicarse en tres cuartos; Tella puede ser hombre de banda o atacante m¨®vil. Y Florian Wirtz, la gran figura del equipo, partir desde una zona que no acaba de ser ni la del media punta ni la del extremo. Esta riqueza de matices, junto a una intensidad formidable para recuperar el bal¨®n en campo rival y una gran tendencia a la verticalidad convierten al conjunto de Xabi Alonso en un bloque con un comportamiento colectivo de primer¨ªsimo nivel.
Schick hace olvidar a Boniface. Las amenazas para el Atl¨¦tico son m¨²ltiples: el golpeo de bal¨®n de Grimaldo -o el de Xhaka-, la velocidad al espacio de Frimpong, el talento de Wirtz, la cantidad de jugadores que se incorporan al ataque en las transiciones -a menudo, los dos carrileros a la vez-... Y un delantero en estado de gracia, el checo Patrik Schick, autor de trece goles en los ¨²ltimos diez encuentros. Su gran racha ha coincidido con la ausencia por lesi¨®n del nigeriano Victor Boniface, que se lastim¨® con su selecci¨®n en noviembre y que a¨²n no ha reaparecido. Podr¨ªa pensarse que su baja -la m¨¢s importante del equipo, que tampoco podr¨¢ contar con Terrier ni con Adli- es una buena noticia para los centrales del Atl¨¦tico, que no tendr¨¢n que medirse a su tremenda potencia f¨ªsica. Pero Schick, menos explosivo pero igualmente poderoso en el juego a¨¦reo y con una mayor finura en la finalizaci¨®n, les plantear¨¢ tambi¨¦n un reto de extrema dificultad.
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