Un gol que resucita al ?jpest
En esta Eurocopa hemos visto marcar a jugadores del Antalyaspor, del Gaziantep, del G¨®rnik Zabrze y del Celje. Este torneo representa un canto a la diversidad: de repente, millones de personas ven partidos de jugadores que en su d¨ªa a d¨ªa disputan contiendas olvidadas en rincones del continente hacia los que no apuntan los focos. Detectar talento en el futbolista desconocido sigue siendo uno de los grandes placeres al alcance de cualquier seguidor, y torneos como este lo fomentan. La ampliaci¨®n a veinticuatro participantes, un formato que se repite por tercera edici¨®n consecutiva, fue un acierto incontestable: Albania, Eslovenia, Eslovaquia, Ruman¨ªa o incluso Georgia han dejado momentos m¨¢s que interesantes que nos hubi¨¦semos perdido con el sistema antiguo de los diecis¨¦is. De esta manera, la fiesta del f¨²tbol europeo involucra a m¨¢s pa¨ªses y a m¨¢s aficionados. M¨¢s historias con las que emocionarse.
El domingo por la noche marc¨® un jugador del ?jpest: Kevin Csoboth. No fue un gol cualquiera. Lleg¨® en el ¨²ltimo minuto del tiempo a?adido y salv¨® a su selecci¨®n de una eliminaci¨®n segura. Hungr¨ªa a¨²n no se ha clasificado, pero podr¨ªa hacerlo como uno de los mejores terceros gracias a su tanto. Este extremo de 24 a?os hab¨ªa permanecido en el banquillo durante todo el duelo ante Suiza y s¨®lo hab¨ªa disputado cuatro minutos en el segundo, frente a Alemania. En el tercero, Marco Rossi le dio entrada en el minuto 85. El h¨¦roe nacional de la primera fase en el pa¨ªs magiar es un chico que habr¨¢ jugado un cuarto de hora -un poco m¨¢s con los descuentos-. Su club, ubicado en el norte de Budapest, lleg¨® a ser grande en el contexto europeo: disput¨® las semifinales de la Copa de Europa en 1974 ante el Bayern de Beckenbauer y las de la Recopa en 1962. Fue subcampe¨®n de la Copa de Ferias en 1969. Incluso antes de la Segunda Guerra Mundial levant¨® t¨ªtulos como la Copa Mitropa (dos veces) o la Copa de las Naciones de 1930. Ahora no gana la liga h¨²ngara desde 1998 y ha ca¨ªdo en la oscuridad fuera de las fronteras de su naci¨®n. El gol de Csoboth lo ha resucitado para el gran p¨²blico europeo.
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