Un despido que llega muy tarde
Miguel ?ngel Ram¨ªrez ya forma parte de la peor historia del Real Zaragoza. Con un historial muy escaso, lleg¨® hace dos meses y medio con unas ¨ªnfulas desmedidas y lanzando reproches a diestro y siniestro y se marcha dejando al equipo literalmente hundido. Su elecci¨®n fue un completo ejercicio de incompetencia del director deportivo Juan Carlos Cordero y del consejero Mariano Aguilar, pero mayor ineptitud e irresponsabilidad ha sido mantenerlo diez jornadas en el cargo. Debi¨® haber sido destituido mucho antes, quiz¨¢ tras la derrota en La Romareda frente al Burgos, pero ya se sabe que cada decisi¨®n deportiva en el Zaragoza es peor que la anterior. Ram¨ªrez ser¨¢ licenciado en las pr¨®ximas horas, y mediante un jugoso finiquito, pero deja al Zaragoza derrumbado -s¨®lo siete puntos de 30-, grav¨ªsimamente malherido y en trance de lo peor, porque si el Eldense gana ma?ana al Mirand¨¦s, caer¨¢ por primera vez al descenso, aboc¨¢ndose a un final de temporada dram¨¢tico. En verdad, resulta muy dif¨ªcil encontrar en esta d¨¦cada larga de penurias a otro entrenador al que le haya venido m¨¢s grande dirigir al Zaragoza.
En su despedida, Ram¨ªrez volvi¨® sobre sus pasos y dispuso una defensa con tres centrales m¨¢s Arriaga como mediocentro defensivo, una aparente coraza que fue una constante puerta abierta para el Almer¨ªa. El equipo de Rubi, apretado por sus propias urgencias, sali¨® como un cicl¨®n y se benefici¨® muy pronto de la verbenesca zaga del Zaragoza, que en cada partido permite todo tipo de remates en su ¨¢rea. Y as¨ª, casi sin querer y de carambola, Edgar abri¨® la cuenta local en el minuto 6, tras un c¨®rner que hab¨ªa cabeceado al palo Radovanovic. No baj¨® el pist¨®n el Almer¨ªa y pasado el cuarto de hora fue Luis Su¨¢rez el que se aprovech¨® de la blandura de los defensores zaragocistas y del cl¨¢sico estatismo de Femen¨ªas, al que Ram¨ªrez mantuvo bajo palos. Un gol en propia puerta de Edgar, en una llegada aislada de Francho, volvi¨® a meter formalmente al Zaragoza en el partido, pero Luis Su¨¢rez, tras una p¨¦rdida de Tasende -un agujero en su banda-, volvi¨® a imponer su ley al filo del descanso sirvi¨¦ndole en bandeja a Nico Melamed el 3-1. Nada cambi¨® en el inicio de la segunda parte y el Almer¨ªa no tard¨® en sentenciar definitivamente el encuentro, sin que el Zaragoza ofreciera la menor se?al de orgullo o amor propio, completando un ejercicio vergonzoso, sin un disparo entre los tres palos.
Ma?ana caer¨¢n Ram¨ªrez y su tropa de ayudantes, pero entre todos dejan un Zaragoza absolutamente demolido y sin pulso. Cordero deber¨ªa correr ya la misma suerte.
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