Un Bar?a irreconocible
La ¨²ltima vez que el Bar?a jug¨® un partido de cuartos de final de la Champions el resultado fue de 2-8 ante el Bayern. Conviene recordarlo porque aunque hayan pasado cuatro a?os desde entonces, los cul¨¦s hab¨ªan encadenado un desastre tras otro hasta hundirse en la nader¨ªa haciendo el rid¨ªculo en la Europa League. El de ayer fue otro Bar?a, uno irreconocible por los antecedentes, un equipo competitivo, compacto, intenso, serio, solidario y que en un gran encuentro nada menos que ante el PSG de Mbapp¨¦, Dembel¨¦ y Luis Enrique y en el Parque de los Pr¨ªncipes marc¨® tres goles y gan¨®.
Un Bar?a que encaj¨® dos goles en 134 segundos nada m¨¢s salir del vestuario en la segunda parte y que no se hundi¨® tal y como parec¨ªa que estaba escrito, como se esperaba, como se tem¨ªa. Un Bar?a con un entrenador valiente que en mitad de la tormenta dio entrada a Pedri que reapareci¨® tras la en¨¦sima lesi¨®n y que en el primer bal¨®n que toc¨® dio un pase espectacular para que Raphinha marcara su segundo gol en Europa. Un Bar?a con un central, Pau Cubars¨ª, que ya ha entrado en la historia de la competici¨®n al ser el m¨¢s joven - 17 a?os- en disputar como titular un encuentro de Champions y que no s¨®lo no se arrug¨® ni se hizo chico, sino que brill¨®.
Hasta ayer, hasta anoche, ese mismo Bar?a se hab¨ªa llenado la boca con relatos grandilocuentes que poco o nada ten¨ªan que ver con la realidad enred¨¢ndose adem¨¢s en teor¨ªas conspiranoicas para echar la culpa al tendido de sus miserias. Ahora s¨ª. Ahora tienen motivos para sacar pecho y sentirse orgullosos porque el escenario y el rival eran de primera categor¨ªa y hay motivos para so?ar. La eliminatoria no est¨¢ cerrada, pero la euforia con la que se vivi¨® la victoria en Par¨ªs est¨¢ justificada porque la trayectoria por el desierto ha resultado dur¨ªsima y pasar a semifinales es m¨¢s que posible: es probable. Y si la vida son dos d¨ªas, qu¨¦ menos que festejar uno de ellos.