Todas las penitencias de Griezmann
Griezmann ya ha pagado con creces su error. O todos sus errores. Su modo de salir del Atleti en 2019, el grabar La Decisi¨®n, el quedarse para irse solo un a?o m¨¢s tarde. S¨ª. Eso pas¨®. Es cierto. Pero tambi¨¦n lo otro, lo m¨¢s reciente. Y tampoco nadie debe olvidarse. Porque si una parte de la afici¨®n rojiblanca sigue mir¨¢ndole con recelo, nada duele m¨¢s que la traici¨®n de alguien a quien le diste todo, a quien quer¨ªas de verdad y para siempre, Griezmann lo ha hecho todo para tratar de redimirse. T-o-d-o para demostrar que no regres¨® por capricho. Que pod¨ªa haberse quedado en Barcelona cobrando 23 millones, como tantos otros que ponen por delante el dinero al dictado del coraz¨®n.
Pero Griezmann prefiri¨® lo segundo. Apost¨® por volver. Renunci¨® a lo c¨®modo para regresar adonde quiere estar. Aunque fuera dif¨ªcil. Aunque le llovieran reproches y pitos. Y tragando y proclamando que era hombre de club, como su entrenador, agachando la cabeza para aportar en 30 minutos lo que hiciera en 90¡ä. Baj¨¢ndose el sueldo un d¨ªa, y otro, y ahora una tercera vez. Por quedarse. Por el Atleti. Habr¨¢ quien nunca le perdone. Pero nunca podr¨¢ negar que ha pedido perd¨®n de todas las maneras posibles. Y con lo m¨¢s preciado que un futbolista tiene: su tiempo en el verde, sagrado, encerrado en una jaula de insoportables 30 minutos. Pero eso acab¨®. Grizi ya puede ser Grizi a tiempo completo. Para volver a ser Griezmann de verdad. Quiz¨¢ en el coraz¨®n de la afici¨®n tambi¨¦n.