Sombr¨ªos aniversarios en Can Bar?a

Estupor. D¨ªas de aniversarios desagradables en Can Bar?a. Este lunes se cumplen cinco a?os de la explosi¨®n del Bar?agate, que a los compa?eros del Qu¨¨ T¡¯hi Jugues de SER Catalunya les vali¨® un merecido Ondas. Una estrategia cutre del asesor de Bartomeu, Jaume Masferrer, que lio al entonces presidente para que diese luz verde a la contrataci¨®n de I3 Ventures, una desconocida empresa, con el objetivo de erosionar la imagen de leyendas como Guardiola o Messi, y de futuros rivales electorales, como Laporta y V¨ªctor Font, a trav¨¦s de cuentas rid¨ªculas en redes sociales. Una de ellas, Jaume un film de terror, le cost¨® incluso una querella paralela (de Roures) a Bartomeu. Un disparate incre¨ªble que escond¨ªa un presunto negocio que todav¨ªa est¨¢ en instrucci¨®n y que pudo causar un da?o al club de un mill¨®n de euros, troceado de manera golfa en facturas menores de 200.00 euros para evitar los controles de la comisi¨®n de transparencia. Aquello acab¨® con la dimisi¨®n de Bartomeu. El otro aniversario triste es el segundo cumplea?os del estallido del caso Negreira, esa oscura trama para influir en los arbitrajes, en la que se habr¨ªa tejido una estructura de pagos entre 2001 y 2018 que llegar¨ªan a 8,5 millones; y que alcanzar¨ªa a presidentes de todos los ismos: desde Gaspart a Bartomeu, pasando por Laporta y Rosell, con la fundada sospecha adem¨¢s de que todo aquello fue una idea de N¨²?ez que ning¨²n presidente supo parar.

Diferencias. El Bar?agate fue de consumo interno. Una manera de auto-sonrojo que desnud¨® graves deficiencias ¨¦ticas en el aparato de gobierno de un club que hac¨ªa aguas por todos lados en la ¨²ltima ¨¦poca del bartorosellismo. Lo del caso Negreira, sin embargo, lleg¨® a todos los rincones del mundo. Pudo acarrear consecuencias deportivas. Laporta tuvo que cogerse la maleta para convencer a Ceferin, que abri¨® una investigaci¨®n espec¨ªfica a trav¨¦s del Comit¨¦ de ?tica y Disciplina de la UEFA; y que se jug¨® quedar fuera de la Champions. Tambi¨¦n econ¨®micas. Directivos de Goldman Sachs, grupo clave en la financiaci¨®n del Espai Bar?a, viajaron desde Nueva York para pedir explicaciones por una causa en la que, ahora que se insiste en la amistad entre clubes, sigue personado el Real Madrid como perjudicado. Pero el caso Negreira, sobre todo, constituy¨® para el Bar?a un terrible da?o reputacional del que no se puede escapar justificando ocho millones en informes t¨¦cnicos de los ¨¢rbitros. Esas manchas est¨¢n para siempre. Por suerte, al Bar?a le salen de vez en cuando maravillas como el equipo de Flick; y su gente olvida.

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