Sobre el f¨²tbol, los hombres y las mujeres
Mi padre me ense?¨® que hay que odiar el delito y compadecer al delincuente, pero qu¨¦ dif¨ªcil es en determinados casos, en especial en el que nos ocupa estos d¨ªas. Xavi, en evidente estado de ¡®shock¡¯, como ¨¦l mismo dijo, s¨ª hizo lo segundo, pero a costa de olvidar lo primero. Se puede entender por tantos a?os de camarader¨ªa, de viajes, partidos, trofeos, risas y penas compartidas. Al rev¨¦s que los pol¨ªticos, que de quienes tienen que cuidarse es de los de sus propias filas, los futbolistas viven su carrera de una forma solidaria, se hacen carne con el equipo, defienden a su compa?ero en la lid con justicia o sin ella. Esa pulsi¨®n le ofusc¨®.
Por suerte rectific¨® en 24 horas con un ¡®mea culpa¡¯ sin sombras. Me pregunt¨¦ luego c¨®mo todo un club como el Barcelona no se preocup¨® de inmediato de articular un discurso ante un tema de tanto calado; as¨ª hubiera evitado la primera intervenci¨®n desconcertada de Xavi. Ya s¨¦ que est¨¢ el tema de la presunci¨®n de inocencia, pero desgraciadamente en este caso hay indicios demoledores. Y tambi¨¦n concedamos presunci¨®n de inocencia a la v¨ªctima, no supongamos que est¨¢ cometiendo el delito de acusar en falso a Alves de un delito. Una v¨ªctima que se est¨¢ conduciendo con enorme dignidad al rechazar cualquier compensaci¨®n econ¨®mica.
Este terremoto ha coincidido con un hecho de gravedad leve, pero muy simb¨®lico: la recogida de medallas de las jugadoras de la Supercopa femenina. Una imagen bufa. Hasta en los campeonatos colegiales hay alguien que ponga las medallas. ?Fue desd¨¦n? ?Tem¨ªa Rubiales que le hicieran alg¨²n feo, dado que entre las finalistas hay varias de las conjuradas contra su seleccionador? Posiblemente esto. En todo caso, nuestro f¨²tbol ha emitido en pocas horas dos se?ales desagradables hacia el g¨¦nero femenino. La diferencia es que la primera la rectific¨® Xavi de inmediato. La segunda fue ¡®explicada¡¯ por la Federaci¨®n en una nota tan bufa como el hecho en s¨ª.