Sin margen de error
Un hombre entra en un bar para ver un partido de f¨²tbol y se sienta en la barra. Con las reacciones a las primeras jugadas, se da cuenta de que a su izquierda tiene un fil¨®sofo y a su derecha un economista. Esto no es un chiste. El partido enloquece y cuando el fil¨®sofo grita por alg¨²n lance del juego favorable, el economista observa la pantalla, pensativo. Y al rev¨¦s: si es el economista quien se altera ante un error defensivo, el fil¨®sofo se repliega en su ser y medita unos segundos. Los dos son aficionados del Bar?a, por cierto, y cuando el partido termina en empate a tres, ya no saben si ver la copa medio vac¨ªa o medio llena, pues tantas veces sus ilusiones la han vaciado o llenado durante 90 minutos. Cuando se marchan, el fil¨®sofo deja esta sentencia: ¡°Uf, Dios juega a los dados con el Bar?a¡±, y el economista piensa en voz alta: ¡°Hubiera preferido un 0-0, as¨ª nos ahorr¨¢bamos tanto sufrir¡±.
El hombre que entra en el bar soy yo, claro, y vuelvo a casa pensando en esas dos visiones del f¨²tbol. En la radio ya eval¨²an las p¨¦rdidas millonarias del club si el equipo no se clasifica para la siguiente fase, algo muy probable, y algunos aficionados hacen c¨¢lculos como si fueran a perder su propio sueldo. ?Por qu¨¦ traducimos la emoci¨®n del juego en un simple sufrimiento matem¨¢tico?
Es la consecuencia inevitable de convertir un club de alto nivel en una empresa obligada a dar beneficios, donde los fichajes y las palancas son inversiones sin margen de error. Pero el f¨²tbol tambi¨¦n es otra cosa, dir¨ªa quiz¨¢s el fil¨®sofo: lo incre¨ªble, lo improbable, lo inesperado, la vida. Demasiados azares y riesgos determinan el destino de un equipo, se?or economista, empezando por el sorteo de los rivales y siguiendo por el orden de los partidos, las lesiones de jugadores con su selecci¨®n o incluso un arbitraje con VAR discutible. Todo cuenta, aunque saberlo no es ning¨²n consuelo. Mandan los hechos: con cinco centrales en n¨®mina, nadie crey¨® que ese partido lo acabar¨ªa jugando el Gerard Piqu¨¦ del a?o 2022.