Siempre Vinicius en el ojo del hurac¨¢n
Partido apasionad¨ªsimo en Mestalla, que cumpl¨ªa cien a?os, hito emotivo que ven¨ªa a a?adir grados a la tarde, como si la visita del Madrid y la situaci¨®n de peligro del Valencia, agravada por las victorias del C¨¢diz y el Almer¨ªa, no fueran suficiente. El equipo local jug¨® supermotivado, el Madrid sali¨® despistado pero se fue metiendo en el juego en un continuo ¡®in crescendo¡¯. Y en medio de todo, Vinicius, siempre en el ojo del hurac¨¢n que le rodea. Gallardo cuando hizo retirar al que le dirigi¨® insultos racistas, impresentable cuando, expulsado, se retir¨® dedicando a todo el estadio un ¡®a Segunda¡¯ del peor gusto. Pron¨®stico, por cierto, que no se cumplir¨¢.
El Valencia sali¨® como si hubieran abierto una jaula de leones. El Madrid, con una l¨ªnea media reserva, trat¨® de sosegar el partido, alargando posesiones y bajando el ritmo para enfriar el ambiente. Su juego, parsimonioso y sin filo, era lo contrario que el del Valencia, que cada vez que cazaba el bal¨®n sal¨ªa como una flecha hacia al ¨¢rea. Y as¨ª lleg¨® el gol de Diego L¨®pez, uno de los j¨®venes de los que ha echado mano Baraja y que le est¨¢n dando un resultado fenomenal. Ancelotti, que no quer¨ªa perder, fue metiendo titulares en la segunda parte y el Madrid apret¨®, pero se top¨® con Mamardashvili, como le hab¨ªa ocurrido al Valencia con Courtois varias veces.
El Valencia se march¨® con 40 puntos, la frontera de la salvaci¨®n, mientras el Madrid cae de nuevo al tercer puesto, adelantado por ese Atl¨¦tico de la excelente segunda vuelta. Pero este partido se recordar¨¢ sobre todo porque desat¨® todos los demonios que acompa?an a Vinicius. Harto de insultos racistas, denunci¨® ¨ªndice mediante a un b¨¢rbaro que le hizo el gesto del mono, al que la Polic¨ªa se llev¨® con rapidez ejemplar. Muy bien. Luego sali¨® perdedor de una mel¨¦ masiva en la que el sexador de pollos le descubri¨® dando un cachete, ignorando que antes Hugo Duro le hab¨ªa agarrado por el cuello, y al salir expulsado desahog¨® su frustraci¨®n de la peor manera.