Si no lo fue, el bochorno estuvo cerca
El Bar?a borde¨® una vez m¨¢s el sonrojo. Ya no hace falta irse a Anfield o a Lisboa para temerse ca¨ªdas hist¨®ricas. La cosa puede ser mucho m¨¢s mundana. Por suerte para Xavi, el Intercity se qued¨® sin gasolina al final, porque con un poco m¨¢s de f¨ªsico los alicantinos podr¨ªan haber devuelto a la memoria noches negras como las de Figueres, Gramenet o Novelda.
Lo del Bar?a ya no sorprende porque le pasa mucho. Con demasiada frecuencia sufre un fallo multiorg¨¢nico que le convierte en un equipo fr¨¢gil, capaz de perder hasta tres ventajas en el marcador y con la fortuna de que Ara¨²jo salvase un gol sobre la l¨ªnea en la primera parte, e I?aki Pe?a salvase otro mano a mano en la segunda parte. Sin el uruguayo en el campo, Kound¨¦, al que Di Mar¨ªa ya se?al¨® en la final del Mundial, fue un coladero. De su mal partido acab¨® contagi¨¢ndose Marcos Alonso con una p¨¦rdida absurda en la acci¨®n del 3-3 que dio paso a una pr¨®rroga en la que el Intercity ya no ten¨ªa aire ni para respirar.
El Bar?a pensar¨¢ que bien est¨¢ lo que bien acaba, pero desde luego este no parece el camino. Porque lo que triunf¨® en Alicante no fue el modelo, del que Xavi suele presumir sin estar aplic¨¢ndolo como deber¨ªa, sino traspasos millonarios como Raphinha (decisivo) y un fondo de armario en el que el entrenador del Bar?a tuvo que escarbar (hasta seis cambios) para meterse en octavos de final de la Copa gracias a un gol de Ansu que al menos vio la luz. Se supone que Laporta debi¨® tomar buena nota en el palco. El bochorno estuvo cerca.