Sensaci¨®n Raphinha
El Bar?a se march¨® feliz de Las Vegas, orgulloso de ver a una leyenda como Lewandowski con la camiseta azulgrana y de descubrir a un brasile?o con una chispa especial.

MVP. Cuando ten¨ªa siete a?os, seg¨²n confes¨® ¨¦l mismo en The Player¡¯s Tribune, Raphinha fue a la fiesta de cumplea?os de Ronaldinho. Casualmente, su padre era m¨²sico en una banda de samba. Criado en la favela de Restinga, en Porto Alegre, Raphinha aprendi¨® a endurecerse en las varzeas, un f¨²tbol de supervivencia en el que bal¨®n se trae de casa, no hay dinero para equipaciones (para distinguir los equipos, uno de ellos se quita la camiseta) y el c¨¦sped es polvoriento: arena y tierra. Participan aspirantes a futbolistas que no consiguen entrar en las canteras de equipos de nivel. En Porto Alegre, esos son el Internacional y el Gremio. ¡°Demasiado peque?o, demasiado fr¨¢gil, sin fuerza¡±, chocaba una y otra vez Raphinha con los entrenadores hasta que, por fin, alguien le dio una oportunidad, desde Ava¨ª, de saltar a Europa. De Guimaraes a Lisboa, donde conoci¨® al que considera su hermano mayor, Bruno Fernandes; y de ah¨ª a Rennes y Leeds. La historia de Raphinha tiene que ver con la superaci¨®n. No termin¨® los estudios, esquiv¨® las drogas. Lleg¨® a pedir comida por la calle y pudo ser peluquero, pero ha terminado triunfando y tiene hambre de gloria. De momento, es el MVP de la pretemporada del Bar?a, con dos goles y dos asistencias en dos ratitos. Tiene muchos registros. Desequilibra, centra, dispara y es bastante disciplinado. En ocasiones, su f¨²tbol recuerda al de Di Mar¨ªa. Con arte y sacrificio. En Las Vegas se sac¨® un golpeo de alta escuela que dej¨® a Courtois boquiabierto. Cuando conoci¨® a Ronaldinho en aquel cumple?os en 2003, cuando terminaba de fichar por el Bar?a, no pod¨ªa imaginar que Ronnie terminar¨ªa viendo sus partidos. 20 a?os despu¨¦s, Raphinha va a intentar devolverle la sonrisa al Bar?a.
El anti-Vinicius. El gol de Raphinha volc¨® el primer Cl¨¢sico del curso para un Bar?a con m¨¢s piernas. Y tambi¨¦n m¨¢s cosas que demostrar. El Madrid de estos d¨ªas, ganador del doblete, no tiene que ir ilusionando por ah¨ª. El Bar?a, s¨ª. Y eso merec¨ªa esfuerzo para llevarse el partido. Jug¨® una primera parte muy convincente en la que el posible centro del campo de la Selecci¨®n en el Mundial (Busquets-Pedri-Gavi) domin¨® el partido. Arriba, Ansu fall¨® un gol cantado pero da ciertos motivos para la esperanza; y Lewandowski fue tomando medidas. Su presencia, la de un jugador de fama mundial, devuelve al Bar?a a la primera l¨ªnea. Atr¨¢s est¨¢ gustando Christensen, aunque es conocido que el f¨²tbol de verano es de mentira y que habr¨¢ que medirlo en el oficial. Pero el coraz¨®n del Bar?a, sin duda, es Ara¨²jo. Como el d¨ªa del 0-4 en el Bernab¨¦u, Xavi lo coloc¨® de lateral derecho sobre Vinicius y sali¨® triunfador. Intimid¨® y hasta se permiti¨® una carrera salvaje por la banda en la que pas¨® a R¨¹diger por la izquierda como un avi¨®n. El Bar?a necesita f¨²tbol, pero tambi¨¦n compromiso y l¨ªderes. El aficionado se identifica con el uruguayo, que por supuesto andaba por medio de la bronca de la primera parte. Un verdadero Cl¨¢sico.