Samaranch, un hombre con doble causa
Juan Antonio Samaranch Torell¨® fue un hombre con una doble causa: lanzar el deporte espa?ol y conseguir unos Juegos Ol¨ªmpicos para su ciudad, Barcelona. Un doble logro cuyas magn¨ªficas consecuencias a la vista est¨¢n, en uno y otro terreno, con la perspectiva que dan los treinta a?os transcurridos. Deportista ¨¦l mismo, en boxeo primero y luego en hockey sobre patines, periodista deportivo durante un tiempo, entr¨® pronto, con la p¨¦rtiga de la Falange, en cuyas filas milit¨®, en cargos que le permitieron desarrollar su vocaci¨®n: concejal de su ciudad, presidente de la Diputaci¨®n de Barcelona, Delegado Nacional de Deportes¡
Lleg¨® a este cargo, que reun¨ªa los actuales de secretario de Estado para el Deporte y presidente del COE, por recomendaci¨®n de Raimundo Saporta, la mano derecha de Bernab¨¦u. Jos¨¦ Sol¨ªs, Ministro del Movimiento (de donde colgaba el deporte), buscaba en diciembre de 1966 sucesor para Elola-Olaso. Saporta le recomend¨® a Samaranch. ¡°?Pero si es catal¨¢n!¡±. ¡°Ministro, en Madrid tenemos f¨²tbol, pero donde el deporte tiene desarrollo es en Barcelona. No se equivocar¨¢¡±. Le nombr¨® y no se equivoc¨®. Su reclamo ¡®contamos contigo¡¯ empuj¨® a muchos a la actividad deportiva; simult¨¢neamente impuls¨® la construcci¨®n de instalaciones deportivas.
Luego consigui¨® ser enviado en 1977 como embajador en Mosc¨², donde acopi¨® simpat¨ªas del mundo comunista para alcanzar la presidencia del COI. Una vez lograda, consigui¨® para Barcelona unos JJ OO inolvidables que superaron un periodo de boicoteos y enterraron el tab¨² del profesionalismo. Marcaron un antes y un despu¨¦s no s¨®lo para Barcelona y Espa?a. Su condici¨®n de falangista convierte hoy su recuerdo en algo inc¨®modo para algunos. Lejos de mi ¨¢nimo rescatar valores del franquismo, impresentable en su esencia, pero fue un hombre que persigui¨® tenazmente su doble causa en la ¨¦poca que le toc¨® vivir. Y le debemos mucho.