Saeta roja (Red arrow)
Despliegue por todo el campo, disparo terror¨ªfico con las dos piernas, car¨¢cter y br¨ªo.

Di St¨¦fano sacaba del arroyo a unos pilluelos que pretend¨ªan robarle con el bal¨®n como excusa al inicio de la pel¨ªcula Saeta rubia. Bobby Charlton, once a?os m¨¢s joven que don Alfredo, podr¨ªa haber sido uno de aquellos chicos. Como el peque?o Huw (Roddy McDowell), el ni?o de la familia minera de ?Qu¨¦ verde era mi valle! A su manera, lo fue. Lo demuestra esa foto ¨²nica en la que juega al f¨²tbol con su madre, Cissie, esposa de minero, en su backyard, el d¨ªa que fich¨® por el equipo de su vida con 15 a?os. Y lo corona esa otra estampa en la que el rubio futbolista juega con los ni?os de su calle, la que daba al patio de atr¨¢s de esas casas de ladrillo del norte de Inglaterra. Todav¨ªa estaba convaleciente del brutal accidente a¨¦reo del Manchester United en M¨²nich, en 1958, donde perdi¨® a ocho amigos, m¨¢s dos que nunca volvieron a calzarse las botas. Diez a?os despu¨¦s este Sir del f¨²tbol era campe¨®n del mundo con su selecci¨®n, campe¨®n de Europa con los devils y Bal¨®n de Oro.
Bobby nunca perdi¨® el nombre ni la imagen de ni?o. Perdi¨® el pelo, eso s¨ª, pero ni siquiera ese mech¨®n a lo Anasagasti que el f¨²tbol volv¨ªa bailongo sobre la temprana alopecia pudo con esa piller¨ªa modelada por el carb¨®n, la tragedia y los goles de color rojo.
Despliegue por todo el campo, disparo terror¨ªfico con las dos piernas, car¨¢cter y br¨ªo (aunque introvertido: solo vio dos amarillas en toda su carrera), gol grabado en el alma, su f¨²tbol recuerda en parte a la Saeta rubia merengue, pero mutando al color del diablo mancuniano. Saeta roja en Old Trafford, estadio que ¨¦l mismo bautiz¨® como ¡°El teatro de los sue?os¡±, ahora que se estrena la ¨²ltima pel¨ªcula del jubilado Ken Loach (El viejo roble), un a?o mayor de Charlton, recordamos el homenaje en vida a Bobby Charlton en Kes: el profe de mal perder en una pachanga con sus alumnos lleva el 9 en la espalda. Aquella camiseta red pon¨ªa el car¨¢cter; los chavales, la inocencia. La mezcla perfecta del mejor futbolista ingl¨¦s de todos los tiempos.
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