Ricky, Biles y la salud mental
El fin de semana coincidieron dos noticias de tremendo impacto y profundo calado en el mundo del deporte, ambas estrechamente relacionadas entre s¨ª, pero en una situaci¨®n emocional radicalmente opuesta. El mismo s¨¢bado que Ricky Rubio anunciaba su retirada provisional de la Selecci¨®n, y del baloncesto en general, para ¡°cuidar la salud mental¡±; al otro lado del Atl¨¢ntico, en Chicago, la gimnasta Simone Biles regresaba a la competici¨®n 732 d¨ªas despu¨¦s de su naufragio en los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio. Son las dos caras de una realidad, la del deportista de ¨¦lite que tiene que parar de competir, atenazado por la presi¨®n, por la responsabilidad, por la exposici¨®n p¨²blica, por la exigencia de superaci¨®n constante¡ O, simplemente, porque son personas, con id¨¦nticas debilidades que cualquier otra. Los atletas no son superh¨¦roes, aunque muchas veces nos lo parezcan.
Ricky ha tenido que superar la muerte de su madre en 2016, dos lesiones graves en la NBA, reiterados cambios de equipo¡ Y este mes, cuando se dispon¨ªa a volver con su familia de Espa?a al Mundial, ese torneo que le encumbr¨® como MVP en China en 2019, aunque en Estados Unidos parece que no se enteraron, ha tenido que frenar en seco para recomponerse psicol¨®gicamente. Es un camino por el que han pasado antes otros grandes como Naomi Osaka, Michael Phelps, Andr¨¦s Iniesta, Liz Cambage¡ En esta misma Selecci¨®n est¨¢ el ejemplo de ?lex Abrines. La publicidad de sus casos es buena para dar visibilidad a un problema arraigado en la sociedad y para desmitificar la invencibilidad del deportista. Los trastornos mentales deben ser tratados como cualquier otra lesi¨®n, con la misma preocupaci¨®n, pero tambi¨¦n con la misma naturalidad. A estos efectos, Rubio vuelve a estar lesionado y hay que apoyarle en todo para que recupere la sonrisa. Como hizo el s¨¢bado Biles.