Reguet車n en el All England
La pompa del All England.
Hay lugares, estadios, pistas, piscinas o pabellones en el deporte que son sagrados. Donde se respira historia en cada rinc車n. Y el All England Club es La Catedral, as赤 con may迆sculas, del tenis. Cuando te asomas por la grada y empiezas a ver el tapiz verde, un cosquilleo recorre tu cuerpo. Imposible imaginar lo que debe experimentar un jugador cuando, en una final, la gente se pone en pie para recibirte. Estruendo en medio del silencio. Pompa. Tensi車n que espesa el aire. La sensaci車n de estar ante algo 迆nico. Algo 迆nico que un chaval de 21 a?os ha sentido ya en dos ocasiones. Con el mejor tenista de la historia (24 Grand Slams) enfrente y que ha sido capaz de superar. Definitivamente, Carlos Alcaraz est芍 hecho de la pasta de los elegidos.
Palco.
Ante la posibilidad de ver a Novak Djokovic situarse en la cima del tenis, superando a Margaret Court, o a Carlos Alcaraz tomando definitivamente el relevo, el Royal Box se pobl車. Presidiendo, Kate Middelton, la princesa de Gales que hac赤a su segunda aparici車n p迆blica desde que anunciara que padece c芍ncer. Actores como Tom Cruise. Ministros como Fernando Grande-Marlaska. Y, por supuesto, campeones m赤ticos que se ganaron el derecho de pertenecer al Club el resto de su vida: Rod Laver (uno de los ya seis hombres en ganar Roland Garros y Wimbledon en el mismo a?o), Chris Evert, Ken Rosewall, Andre Agassi... Gente de paladar fino, que sab赤a que pod赤a saborear un plato gourmet.
Ritmo.
Alcaraz, con su bolsa negra de camuflaje en pista que choca con el blanco impoluto que exige el All England o con el gorro de pescador que luci車 el a?o pasado, anuncia nuevos tiempos. Su ritmo fue el de TikTok, el de Nico Williams y Lamine Yamal, trepidante, con impactos tremendos de drive, escondiendo la bola en las voleas. Un vacile serio, pero un vacile a un supercampe車n. Ritmo de reguet車n, la m迆sica que escucha Carlitos, fresco y descarado, frente al stradivarius del serbio (este a?o celebr車 sus victorias imitando que tocaba el viol赤n como Tara, su hija), que acab車 con las cuerdas rotas.
Respeto.
Los grandes campeones lo son tambi谷n por el respeto que muestran hacia sus rivales. Como el que evidenci車 Alcaraz a Djokovic. No hay que olvidarlo: el serbio pas車 por el quir車fano el 7 de junio, tras lesionarse su rodilla derecha en Roland Garros, y 37 d赤as despu谷s estaba disputando su 37? final de Grand Slam. Con 37 a?os, por cierto. Contin迆a empe?ado Nole en seguir haciendo historia. Pero se ha topado con el muro del murciano. Con un jugador que puede clausurar su era.
El verano de don Carlos.
El partido que firm車 Alcaraz no es de Carlitos, sino de don Carlos, pese a la pifia de las tres bolas de partido que desaprovech車 con 5-4 y saque. De un tenista que domin車 el escenario, que sac車 con solvencia, que tir車 l赤neas como si jugara a la PlayStation. Infalible en las finales, lleva cuatro de cuatro. Campe車n en el US Open, recientemente en Par赤s y dos en Wimbledon. Le queda ahora por delante el reto bonito de los Juegos en Par赤s (Djokovic persigue el oro desde hace tiempo), donde jugar芍 adem芍s del individual, el dobles junto a Rafa Nadal. La foto de los Juegos. El verano es suyo.