Reguet¨®n en el All England
El ritmo de Alcaraz es el de TikTok, el de Nico Williams y Lamine Yamal. Un vacile muy serio a un supercampe¨®n como Djokovic, al que frena en 24 Grand Slams.


La pompa del All England.
Hay lugares, estadios, pistas, piscinas o pabellones en el deporte que son sagrados. Donde se respira historia en cada rinc¨®n. Y el All England Club es La Catedral, as¨ª con may¨²sculas, del tenis. Cuando te asomas por la grada y empiezas a ver el tapiz verde, un cosquilleo recorre tu cuerpo. Imposible imaginar lo que debe experimentar un jugador cuando, en una final, la gente se pone en pie para recibirte. Estruendo en medio del silencio. Pompa. Tensi¨®n que espesa el aire. La sensaci¨®n de estar ante algo ¨²nico. Algo ¨²nico que un chaval de 21 a?os ha sentido ya en dos ocasiones. Con el mejor tenista de la historia (24 Grand Slams) enfrente y que ha sido capaz de superar. Definitivamente, Carlos Alcaraz est¨¢ hecho de la pasta de los elegidos.
Palco.
Ante la posibilidad de ver a Novak Djokovic situarse en la cima del tenis, superando a Margaret Court, o a Carlos Alcaraz tomando definitivamente el relevo, el Royal Box se pobl¨®. Presidiendo, Kate Middelton, la princesa de Gales que hac¨ªa su segunda aparici¨®n p¨²blica desde que anunciara que padece c¨¢ncer. Actores como Tom Cruise. Ministros como Fernando Grande-Marlaska. Y, por supuesto, campeones m¨ªticos que se ganaron el derecho de pertenecer al Club el resto de su vida: Rod Laver (uno de los ya seis hombres en ganar Roland Garros y Wimbledon en el mismo a?o), Chris Evert, Ken Rosewall, Andre Agassi... Gente de paladar fino, que sab¨ªa que pod¨ªa saborear un plato gourmet.
A wonderful Centre Court welcome for our Patron HRH The Princess of Wales ?#Wimbledon pic.twitter.com/HGcphka27P
— Wimbledon (@Wimbledon) July 14, 2024
Ritmo.
Alcaraz, con su bolsa negra de camuflaje en pista que choca con el blanco impoluto que exige el All England o con el gorro de pescador que luci¨® el a?o pasado, anuncia nuevos tiempos. Su ritmo fue el de TikTok, el de Nico Williams y Lamine Yamal, trepidante, con impactos tremendos de drive, escondiendo la bola en las voleas. Un vacile serio, pero un vacile a un supercampe¨®n. Ritmo de reguet¨®n, la m¨²sica que escucha Carlitos, fresco y descarado, frente al stradivarius del serbio (este a?o celebr¨® sus victorias imitando que tocaba el viol¨ªn como Tara, su hija), que acab¨® con las cuerdas rotas.
Respeto.
Los grandes campeones lo son tambi¨¦n por el respeto que muestran hacia sus rivales. Como el que evidenci¨® Alcaraz a Djokovic. No hay que olvidarlo: el serbio pas¨® por el quir¨®fano el 7 de junio, tras lesionarse su rodilla derecha en Roland Garros, y 37 d¨ªas despu¨¦s estaba disputando su 37? final de Grand Slam. Con 37 a?os, por cierto. Contin¨²a empe?ado Nole en seguir haciendo historia. Pero se ha topado con el muro del murciano. Con un jugador que puede clausurar su era.
Carlos Alcaraz to Novak Djokovic before walking out to play the Wimbledon final:
— The Tennis Letter (@TheTennisLetter) July 14, 2024
¡°You go first. I don¡¯t know what the rules are¡± ?
pic.twitter.com/EkS6SPC9ib
El verano de don Carlos.
El partido que firm¨® Alcaraz no es de Carlitos, sino de don Carlos, pese a la pifia de las tres bolas de partido que desaprovech¨® con 5-4 y saque. De un tenista que domin¨® el escenario, que sac¨® con solvencia, que tir¨® l¨ªneas como si jugara a la PlayStation. Infalible en las finales, lleva cuatro de cuatro. Campe¨®n en el US Open, recientemente en Par¨ªs y dos en Wimbledon. Le queda ahora por delante el reto bonito de los Juegos en Par¨ªs (Djokovic persigue el oro desde hace tiempo), donde jugar¨¢ adem¨¢s del individual, el dobles junto a Rafa Nadal. La foto de los Juegos. El verano es suyo.
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