Que no nos quiten lo ¡®bailao¡¯
Cada vez que escucho como principal argumento para creer en la victoria en la final ante Inglaterra que ¡°la Selecci¨®n espa?ola se lo merece porque ha sido la mejor de la Eurocopa¡± tuerzo el gesto. La historia del f¨²tbol est¨¢ plagada de ejemplos en los que equipos que un¨¢nimemente han recibido aplausos y elogios se han tenido que conformar con un segundo puesto. El guionista de las finales tiene a menudo muy mala sombra y ning¨²n aprecio por lo que consideramos justo si el acento lo ponemos en la est¨¦tica o la diversi¨®n en lugar de en el acierto, la punter¨ªa o incluso la suerte.
Espa?a ha jugado que ha dado gusta verla: el aplomo frente a Croacia, la exhibici¨®n ante Italia, la resistencia delante de la anfitriona Alemania y la remontada con una Francia que s¨®lo hab¨ªa encajado un gol en todo el torneo hasta que se top¨® con Lamine Yamal y Dani Olmo lo atestiguan. Mientras, Inglaterra, ha sido una de las decepciones pese a haber llegado hasta Berl¨ªn: dif¨ªcil jugar peor con tantos y tan buenos futbolistas. Si el f¨²tbol premiara al mejor hasta ahora, nadie tendr¨ªa ninguna duda de que esa es la Selecci¨®n espa?ola, pero queda un partido. EL partido.
Pase lo que pase esta noche, lo que ya no nos podr¨¢n quitar es la alegr¨ªa, que por inesperada ha resultado a¨²n m¨¢s gustosa, ni el subid¨®n de autoestima que ha generado un equipo por el que, no nos enga?emos, no apost¨¢bamos y que ha superado las expectativas m¨¢s optimistas. La exhibici¨®n de Rodri, las diabluras de los adolescentes Yamal y Nico Williams por las bandas, la solidez defensiva con Carvajal de jefazo, el currazo de Morata, el talento de Fabi¨¢n y Olmo. No hay ni un pero y la sorpresa es la tremenda ilusi¨®n, el jolgorio, con el que hemos vivido cada partido de la Selecci¨®n. El camino hasta la final ha sido una fiesta y lo bailao ya no nos lo quita nadie. Esta fe que nos ha brotado de repente, este disfrute, esta sonrisa, esta esperanza, este orgullo, es ya un gran premio. Que no se nos olvide.