Que el Mundial sea en Qatar¡
Condeno absolutamente la violaci¨®n de los derechos humanos que se produce en Qatar: el trato a las mujeres, la persecuci¨®n a los homosexuales -algo que ya suced¨ªa, aunque en un grado menor, en Rusia en 2018- y las lamentables condiciones en las que han trabajado -y han muerto- muchos de los obreros inmigrantes que llegaron desde pa¨ªses m¨¢s pobres. Me parece aberrante que la FIFA premiara a un pa¨ªs responsable de todo ello con la organizaci¨®n de una Copa del Mundo, uno de los eventos m¨¢s importantes de nuestro planeta. Y celebro que gran parte de los responsables de esa designaci¨®n, que se produjo de forma oscura, ya no est¨¦n en cargos dirigentes. Lamento que sus sucesores no dieran marcha atr¨¢s y me parece obsceno que hayan pedido a las federaciones participantes que se abstengan de hacer pol¨ªtica y que se centren en el f¨²tbol. Pese a todo ello, voy a comentar el Mundial en los medios y voy a intentar disfrutarlo.
?Por qu¨¦ caigo en esta contradicci¨®n? De entrada, porque soy un ser imperfecto, y as¨ª debo asumirlo. No me puedo permitir dejar de trabajar en una cita que es importante para las empresas que me pagan. Es m¨¢s: creo que la labor del periodismo es contar las cosas que pasan, aunque no nos gusten. Y ofrecer la cobertura m¨¢s profesional posible para que el p¨²blico decida si la quiere consumir o no. El que s¨ª quiera, por cierto, creo que no debe pagar con cargos de conciencia los pecados de la FIFA y del pa¨ªs organizador: un Mundial se juega cada cuatro a?os, se disfrutan muy pocos en la vida y el espectador que ama el f¨²tbol no es culpable ni de la designaci¨®n ni de la violaci¨®n de los derechos humanos.
De hecho, creo que en cierta medida a Qatar le ha salido el tiro por la culata. Si su intenci¨®n era limpiar su imagen con este certamen, creo que se est¨¢ produciendo el efecto contrario. Gracias al trabajo de medios de comunicaci¨®n como el Guardian, que han tomado la acertada decisi¨®n de mezclar una gran cobertura futbol¨ªstica con un periodismo de denuncia e investigaci¨®n, nadie es ya ajeno a lo que sucede en ese pa¨ªs. Hoy mucha m¨¢s gente sabe que en Qatar se violan los derechos humanos y la presi¨®n para que eso cambie es mayor que en cualquier otro momento de la historia.