Puede contener trazas de mentira

¡°Vemos c¨®mo familias y amigos acogen a refugiados que est¨¢n fuera de sus pa¨ªses y estoy convencido de que, esos ni?os y ni?as, esas familias, crecer¨¢n recordando este momento hist¨®rico. Y van a seguir d¨ªa a d¨ªa con la esperanza, una palabra preciosa, de que alg¨²n d¨ªa llegue ese momento de paz¡±. Hace un par de d¨ªas, Luis Rubiales se pon¨ªa solemne para defender inclusi¨®n de Ucrania en la candidatura de Espa?a y Portugal al Mundial 2030. Lo dec¨ªa sin ponerse colorado, con cara de estar pariendo una ocurrencia divina. Mientras tanto, hasta el m¨¢s analfabeto de los que le est¨¢bamos escuchando ech¨® cuentas y calcul¨® que si bien Motril est¨¢ lejos de Madrid no lo est¨¢ tanto como Kiev. Despu¨¦s de aquello pens¨¦ en lo importante que es fabricar un buen relato en el f¨²tbol. Y cuando digo bueno, quiero decir verdadero. Que no contenga trazas de mentira. Real.

Esto me lleva al Arsenal, club que me tiene enamorado esta temporada en la Premier League. Incluso antes de que hubiesen comenzado a arrasar como lo est¨¢n haciendo en cada partido ya me gustaban y tiene que ver con lo que nos contaron. Su relato, tan diferente al cart¨®n piedra de Rubiales, lo conocimos en la serie documental de Amazon que nos mostr¨® las tripas del equipo dirigido por Arteta. Si no la han visto, h¨¢ganlo porque es magia. Muestra a un grupo de jugadores muy j¨®venes y la mayor¨ªa muy vulnerables a los pu?etazos del f¨²tbol que guarda el f¨²tbol en cada esquina. En este juego que se muestra a menudo tan artificial, el Arsenal ha tenido la buena idea de quitarse capas hasta quedarse desnudo frente a nosotros. Y con un punto a favor que les honra: lo han hecho en las malas, tan solo para ense?ar un equipo en construcci¨®n que palidece ante los mejores de su historia. Ah¨ª no hay t¨ªtulos ni gestas ni ganas de pasar a la posteridad como las del presidente de todos.

Lo que yo siento cuando veo un regate de Saka, a Martinelli fallando un gol por poco o a Ben White trabajando en la sombra llega multiplicado por cien a los hinchas del club. Sabe que no son los mejores jugadores por los que han pagado una entrada, pero les resulta imposible no quererlos ya incluso en la derrota. Dec¨ªa Galder Reguera, en este mismo espacio, que los clubes tienen la tarea de ganarse a la gente. Yo a?ado que para que funcione deben hacerlo con honestidad. Con verdad. Como el Arsenal.