Pol¨ªtica, deporte y el tiempo
Una de las im¨¢genes m¨¢s ic¨®nicas de los Juegos Ol¨ªmpicos es la de los atletas Tommie Smith y John Carlos en el podio de los 200 metros de M¨¦xico 68, inclinando la cabeza y levantando el pu?o derecho e izquierdo respectivamente. Tambi¨¦n es, qu¨¦ parad¨®jico, una de las m¨¢s celebradas. Lo se?alo porque en el momento fue ampliamente criticada y censurada. Ambos atletas fueron expulsados de la villa ol¨ªmpica y el entonces presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico, el norteamericano Avery Brundage, se refiri¨® al gesto como una ¡°manifestaci¨®n desagradable en contra de la bandera estadounidense por parte de los negros¡±. La revista Time defini¨® el hecho como ¡°dolorosamente mezquino, [¡] una demostraci¨®n p¨²blica de petulancia que desat¨® una de las controversias m¨¢s desagradables en la historia ol¨ªmpica y convirti¨® el drama de los juegos en un teatro del absurdo¡± y acus¨® a los atletas de pervertir el lema ol¨ªmpico en ¡°M¨¢s furioso, m¨¢s sucio, m¨¢s feo¡±.
Se suele decir que la comedia es el resultado de sumar tragedia y tiempo. Pareciera que con esto de pol¨ªtica en el deporte tambi¨¦n es necesario el factor del tiempo para que, con perspectiva, podamos darnos cuenta de lo necesario que es a veces que el mundo real se cuele en la ficci¨®n del estadio. No creo que nadie hoy, 56 a?os despu¨¦s del gesto de Smith y Carlos, censure que usaran el podio para luchar por los derechos de las personas negras en un pa¨ªs que a¨²n arrastraba las consecuencias de la pol¨ªtica segregacionista y, sin embargo, aplaudimos la asepsia de los juegos actuales.
El deporte es demasiadas veces como uno de esos activistas de causas siempre muy lejanas que son despu¨¦s incapaces de movilizarse por su vecino de portal. Aplaudimos la solidaridad de hace d¨¦cadas al tiempo que nos rasgamos las vestiduras ante la actual.
Mientras unos cientos de atletas se esfuerzan en Par¨ªs por correr m¨¢s r¨¢pido, saltar m¨¢s alto y ser m¨¢s fuertes, millones de personas lo hacen por sobrevivir, porque sus hijos puedan llegar vivos a la meta del final del d¨ªa, porque sus derechos individuales o colectivos sean respetados. ?Por qu¨¦ el deporte habr¨ªa de darles la espalda? ?Por qu¨¦ hacer como si no existieran, como si los Juegos (o el mundial, o La Liga, o cualquier otra competici¨®n) acontecieran en una especie de limbo id¨ªlico?
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