Poco que decir, mucho que contar
La muerte de Arsenio ¡ªahora que lo leo negro sobre blanco Microsoft mientras os escribo podr¨ªa ser un t¨ªtulo del mejor Rafael Azcona¡ª ha sido una de esas noticias que te traen el pasado de golpe al presente y se proyectan en el futuro como un mal presagio. Soy deportivista consorte, el Depor es mi otro equipo blanquiazul. Conoc¨ª a Elena en el verano de 1991: mi coraz¨®n prendi¨® en llamas de amor eterno solo unos d¨ªas despu¨¦s de haber visto arder la cubierta de la vieja tribuna de preferencia de Riazor el d¨ªa del ascenso del equipo del zorro de Arteixo, un partido contra el Murcia que abri¨® Estudio Estadio. ?Fuego! Aquella coru?esa inolvidable provoc¨® que me cayera en gracia ese equipo norte?o, lleno de vascos (Yosu, Sab¨ªn Bilbao, Alb¨ªstegi, Aspiazu, Pello Uralde), sudamericanos que parec¨ªan vascos (Mart¨ªn Lasarte, Albisbeascoechea), y hasta yugoslavos que tambi¨¦n parec¨ªan vascos (Stojadinovic), junto a los hermanos Fran y Jos¨¦ Ram¨®n, el otro Villa del Sporting y el escurridizo Gil, que luego march¨® (?Oh!) al Celta. Mi relaci¨®n a distancia con Elena siempre discurri¨® en paralelo a los ¨¦xitos del Superdepor, el equipo que me acercaba a ella, que me evocaba su presencia hasta que la vida nos uni¨® y nos separ¨® en un final que ni siquiera la Fiebre en las gradas de Nick Hornby preve¨ªa.
La despedida de Arsenio, un sabio de la cotidianidad, due?o de reflexiones pulcras, como si de repente a Woody Allen le gustase el f¨²tbol y saltase del banquillo, discreto y elegante hasta con esos horribles ch¨¢ndales de acetato y tactel, con ese punto fatalista del que sabe que al final de un buen d¨ªa ya ver¨¢s c¨®mo llega alguno y lo jode, me habla de mi propia vida: me trae los mejores recuerdos, pero entonces llega la ley del f¨²tbol y los jode. La muerte de Arsenio me deja un poco m¨¢s desamparado si cabe ante los estertores de mi aut¨¦ntico equipo blanquiazul. Poco que decir, mucho que contar ante el drama del Espanyol. Nos queda la retranca para aceptar el sentido fatalista de la vida, ese descenso, ese dolor, esa p¨¦rdida que tarde o temprano siempre acaba llegando.
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