No puedo vivir sin ti
En el Bernab¨¦u, contra el Villarreal, las pantallas del videomarcador enfocaron de golpe a Kroos, asistente en uno de los palcos. El estadio se vino abajo, prorrumpiendo en una sonora ovaci¨®n. Algunos aficionados se giraron y ya estaban a punto de cantarle una saeta como si fuera la Macarena. En las gradas se pudieron o¨ªr suspiros, alabanzas y c¨¢nticos. Para otros todav¨ªa era todo demasiado temprano. ?No dec¨ªan que en Madrid no te pod¨ªas encontrar con tu ex?
El Madrid tiene que aprender a vivir sin Kroos. Pero es dif¨ªcil. Como esa canci¨®n de Coque Malla.
La realidad es que un jugador id¨¦ntico a Kroos no se va a poder dar porque entonces Kroos no habr¨ªa sido Kroos. Pero a veces nos cuesta tanto aceptar la realidad que cualquier d¨ªa Florentino nos trae un centrocampista rubito alem¨¢n tan solo para que dejemos de dar la paliza, como cuando Mendoza nos trajo a V¨ªtor por Caf¨².
Y mientras tanto, entre a?oranzas y ausencias, el Madrid sigue experimentando con su centro del campo. Buscando dar con la tecla. Intentando sacar una melod¨ªa. Serrando las patas al piano y aporreando para sentir las vibraciones en el suelo, como dicen que hac¨ªa Beethoven al quedarse sordo.
Sigo pensando que lo m¨¢s ¡®parecido¡¯ a Kroos que tiene el Madrid, salvando las distancias, es Eduardo Camavinga. Aunque, tras el partido de Lille, me sorprendieron ciertas cr¨ªticas hacia ¨¦l. Camavinga es mucho m¨¢s que un recuperador de balones. No es solo f¨ªsico. Uno pensaba que ciertos clich¨¦s en el f¨²tbol estaban ya en desuso. Como la figura del negrocampista, t¨¦rmino acu?ado de manera brillante por mi querido Enrique Ballester: ¡°Si eres negro y juegas de centrocampista, van a destacar tu f¨ªsico. Da igual que muestres una extraordinaria lectura t¨¢ctica de los partidos y no importa que tu capacidad t¨¦cnica sea sobresaliente. Da igual lo que hagas porque ya han decidido lo que eres. Eres negro, corres mucho, eres f¨ªsico; eres negrocampista¡±.
Contra el Lille se critic¨® que compartieran el centro del campo Camavinga y Tchouameni. ¡°Demasiado f¨ªsico¡±. ¡°Poca imaginaci¨®n¡±. ¡°?D¨®nde qued¨® la creatividad?¡±. Se hablaba de ese doble pivote como si fueran Diarra y Emerson. Y aunque puedo entender la ra¨ªz del trauma, la realidad es bien distinta. Sin duda que en ese horrendo partido nada funcion¨®. Pero Camavinga sabe construir jugadas desde la base. Necesita, como ante el Villarreal, espacio para poder recibir y darse la vuelta. Y algo de paciencia.
La melod¨ªa sonar¨¢ diferente. Pero Camavinga tiene pies de pianista. Olvidar a Kroos es dif¨ªcil, pero no acordarnos de ¨¦l todos los d¨ªas ser¨¢ un comienzo.
No disparen al pianista.