Ni remontada ni f¨²tbol


Cuando se acaban los milagros, queda el f¨²tbol. Y en ese terreno el Madrid no ha tenido certezas en toda la temporada. La eliminaci¨®n contra el Arsenal no puede resultar una rareza para un equipo que ni es espectacular ni es eficaz, la pretensi¨®n final de Ancelotti. La l¨®gica rechazaba la remontada, palabra que va camino de desgastarse en el diccionario blanco de tanto ser nombrada. Las llamadas a la ¨¦pica, de alg¨²n modo, fueron un simple enga?o ret¨®rico, porque este equipo no ha tenido nunca el nivel de juego para creer en un imposible. El Bernab¨¦u y la historia pesan, pero el presente tambi¨¦n. Si el Madrid no conoce rival en la primera magnitud, en la segunda nunca ha tenido credibilidad.
No hubo revoluci¨®n en el once, s¨ª l¨®gica, que quiz¨¢ lleg¨® demasiado tarde. El regreso de Valverde al centro del campo era obligatorio. En los laterales, Ancelotti tir¨® de amplitud y experiencia con Lucas y Alaba. De morir, como fue, lo har¨ªa con los suyos. Pero no existi¨® plan, ninguna novedad por otro lado. El Madrid fue coraz¨®n sin pensamiento. No tuvo juego interior ni profundidad por fuera, y se limit¨® al f¨²tbol directo para hacerse con la segunda acci¨®n y a buscar centros lejanos que la zaga del Arsenal, bien plantada, soport¨® con entereza. Se lo puso demasiado f¨¢cil a los de Arteta. Bellingham equivoc¨® su posici¨®n entre l¨ªneas, Rodrygo estuvo desaparecido, Mbapp¨¦ se movi¨® mal y Vinicius siempre oper¨® sobrevigilado. No le fue peor al Madrid porque Martinelli y Saka anduvieron poco acertados en las transiciones en la primera parte, aunque Lucas y Alaba no pudieran con ellos mientras Asencio y R¨¹diger se pasaban de frenada. En cambio, Lewis-Skelly, Merino y Odegaard oficiaron con maestr¨ªa. Al Arsenal le bast¨® con un ejercicio inteligente y de control de la escena para vivir tranquilo, donde Rice ejecut¨® un trabajo sin bal¨®n extraordinario.
Nada sucedi¨® distinto tras el descanso. El Madrid sigui¨® sin ideas en el campo y en el banquillo. Ancelotti volvi¨® a ser demasiado pol¨ªtico con los cambios y el Arsenal, salvo el regalo a destiempo de Saliba, se manej¨® con una suficiencia insultante. En el sumario del partido destaca el 66% de posesi¨®n y los 43 centros al ¨¢rea del Madrid. La nada de la nada.
La Champions cierra la puerta, con merecimiento, a un Madrid sin rumbo todo el curso. Es por eso que conviene clarificar una serie de cuestiones ante lo que est¨¢ por venir, con Ancelotti seguramente cuestionado. El t¨¦cnico s¨ª ha definido los problemas, la falta de equilibrio y automatismos defensivos como principales quebraderos de cabeza, pero no ha logrado darles la vuelta. Se ha entregado al resultadismo, ha tragado con la par¨¢lisis en los fichajes tras tanta lesi¨®n, ha rebajado tambi¨¦n los males de su equipo en los an¨¢lisis y ha sido incapaz de convencer a un grupo de jugadores apagados que han echado de menos la batuta de Kroos y el liderazgo defensivo de Carvajal. El estilo ni le ha preocupado ni le ha ocupado. Al Madrid le ha faltado de todo y ha fallado a su mandato hist¨®rico de ganar. Lo mejor es que todav¨ªa le queda en la rec¨¢mara la Copa y la Liga, pero necesita enmendarse de una vez por todas. En cualquier caso, lleva toda la temporada as¨ª y no lo ha hecho. Cuando la victoria es el ¨²nico fin, no queda nada detr¨¢s.
Centros frontales

Todo el partido fue igual. El Madrid quiso cargar el ¨¢rea por las bravas sin ninguna estrategia ofensiva. En la jugada del penalti anulado a Mbapp¨¦, Lucas puso el bal¨®n desde muy lejos.
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