Modric no es un problema
Aunque, como todo veterano que se precie, Modric tiene cierto careto cuando no juega, por encima de esa vetusta querencia est¨¢ su altura profesional, su ascendencia en el vestuario y su buena relaci¨®n con Ancelotti. De lo ¨²ltimo no hay duda, Carletto levantar¨¢ la ceja las veces que haga falta para pedirle disculpas al croata cuando no lo ponga y Luka agachar¨¢ la cabeza, pero no se rebrincar¨¢.
Luego est¨¢ la forma de ir del 10 en el vestuario, m¨¢s de padre que de estrella, que no le permitir¨ªa mostrarse altivo y enfurru?ado delante de los chavales. En la caseta es Dios, mucho m¨¢s que un compa?ero. Pensemos que cuando Modric ya jugaba en la primera divisi¨®n de su pa¨ªs algunos como Bellinghan a¨²n no hab¨ªan nacido; cuando gan¨® su primera Champions una gran parte de la plantilla no eran ni adolescentes; lo han tenido en cromos, en p¨®sters, han jugado con ¨¦l en el FIFA.
No podr¨ªa cambiarles el personaje de h¨¦roe a villano. Y luego est¨¢ la profesionalidad del futbolista, que debe conocer perfectamente su nivel y saber d¨®nde puede tener un papel protagonista y d¨®nde uno m¨¢s espec¨ªfico. En el actual sistema, puede tener un rol decisivo saliendo del banquillo, ordenando el juego cuando el rival est¨¢ cansado, aclarando el camino en los momentos en los que todo se decide.
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