Miguel ?ngel, el gallego del m¨ªtico jersey verde
Los ni?os siempre elegimos ¨ªdolos. Y duran para toda la vida. Aparte de mi Pirri, mi Camacho y mi Juanito, mi primer ¨ªdolo de la porter¨ªa fue Miguel ?ngel. Jam¨¢s olvidar¨¦ ese m¨ªtico jersey verde, que persegu¨ª durante a?os sin suerte (ni hab¨ªa tienda oficial del Madrid como ahora, ni exist¨ªa Amazon, ni mi a?orado padre ten¨ªa ¡®enchufe¡¯ para pedir al club que le regalasen uno a su ni?o). Pero nadie me puede quitar los recuerdos. Esa sobriedad bajo palos y esa agilidad descomunal para un portero tan bajo (apenas 1,74 metros). Era, efectivamente, un Gato. Volaba de palo a palo, con ese bigote caracter¨ªstico que remarcaba su perfil serio, muy gallego, sin estridencias gestuales. Paraba mucho.
Su consagraci¨®n fue en el Mundial de Argentina 78. No pasamos de la primera fase, pero si hubo opciones fue gracias a ¨¦l. Ante Brasil, en Mar del Plata, hizo dos paradones en balones que iban a la escuadra. Si Carde?osa llega a meter ese gol a puerta vac¨ªa que evit¨® Amaral, habr¨ªamos dicho que fue gracias al orensano de guantes de hierro. Unos d¨ªas antes, en el estadio del V¨¦lez Sarsfield, hizo la parada de su vida. De nuestras vidas. Ante Austria, en el debut con media Espa?a pegada al televisor en blanco y negro, Miguel ?ngel vol¨® para intentar repeler una volea de Kreuz que iba a la velocidad de la luz. El gallego vol¨®, literalmente. Se puso a la altura del larguero y atenaz¨® el misil con las dos manos. Por la violencia del tiro, su cuerpo dio una sacudida como si hubiese metido los dedos en un enchufe. Y cay¨® al suelo con la pelota atrapada en sus guantes imantados. No olvido c¨®mo toda la grada se puso en pie para ovacionar la haza?a. Yo hice lo mismo en la casa familiar de Carabanchel. Mi padre me dijo: ¡°Hijo, Miguel ?ngel es mucho portero. Del Madrid ten¨ªa que ser¡±. La maldita ELA se lo lleva para siempre. Pero su legado quedar¨¢ para siempre en nuestras memorias...