Mientras no sepamos qu¨¦ es mano y qu¨¦ no...
El CTA emiti¨® un comunicado ayer deplorando dos nuevos episodios de violencia contra el colectivo arbitral sucedidos en el fin de semana. Lo de ¡®nuevos¡¯ lo enlaza con el del ¨¢rbitro de juveniles de Ceuta agredido por el padre de un jugador, que mereci¨® el viaje de Rubiales y Medina para confortarle. Ignoro d¨®nde se han dado estos dos nuevos casos, aunque sospecho que uno de ellos fue en Castro Urdiales, de donde Santiago Segurola me dio cuenta de que el ¨¢rbitro estuvo hasta las once de la noche encerrado en el campo, protegido por la Guardia Civil. Por desgracia, estos episodios son pan nuestro de cada d¨ªa. No es mucho consuelo que antes hubiera m¨¢s.
Por eso me extra?¨® aquel viaje a Ceuta. Si se proponen hacerlo siempre, necesitar¨¢n cada uno de ellos un par de sosias que hagan sus veces seg¨²n cu¨¢ndo y d¨®nde. Tampoco es de siempre que el CTA emita nota por cada desgraciado suceso de estos. Que lo haga refleja el estado de alarma que vive el arbitraje espa?ol, cuya dependencia LaLiga pretende modificar, al modo de Inglaterra y Alemania. Pero no creo que el problema que tengan los ¨¢rbitros hoy sea esa pretensi¨®n, que por otra parte choca con la Ley del Deporte. El problema es que sufren una brusca ca¨ªda de credibilidad. Injusta, porque llega por circunstancias del todo ajenas a ellos mismos.
Por un lado, est¨¢ Negreira, una mancha infamante que les ha ca¨ªdo sin comerlo ni beberlo. Por otro, el VAR, del que nadie entiende cu¨¢ndo entra o no entra. Y, lo peor de todo, las manos: nadie sabe qu¨¦ es mano y qu¨¦ no. V¨¦ase la de Busquets el domingo, modelo tan frecuentemente. O la semizamorana de Fernando a ¨²ltima hora del Sevilla-Villarreal. O la del propio Fernando ante el Valencia una semana antes. Del Cerro no la pit¨®, Estrada le aconsej¨® que fuera al VAR, o sea que para ¨¦l era penalti, y Del Cerro insisti¨® en el no tras observarla. Si ni ellos, peritos en la cuesti¨®n, lo tienen claro¡ Los ¨¢rbitros son hoy v¨ªctimas de un ambiente calamitoso.