¡®Menys es m¨¦s¡¯
¡°Claro que los Estados corrompen y mienten¡±, dec¨ªa una vi?eta de El Roto. ¡°?Qu¨¦ se han cre¨ªdo ustedes que es un Estado?¡±. Vale tambi¨¦n para empresas, comunidades de vecinos y clubes de f¨²tbol. Ya sabemos c¨®mo funciona el mundo; el deporte no puede ser una excepci¨®n. Existe el dopaje, el ama?o y la trampa. La revelaci¨®n del caso de corrupci¨®n del Bar?a con Enr¨ªquez e Hijos, Sociedad Limitada, es lo que parece: no solo un asunto ilegal entre particulares, sino una indecencia colectiva que mancha todo alrededor. Al Bar?a lo han pillado, cosa que no ha ocurrido con nadie m¨¢s. La evasiva de Laporta no hace sino aumentar la n¨¢usea. Que la motivaci¨®n haya sido ¡°que todo fuera neutral¡± est¨¢ tan cerca del ¡°que todo sea a mi favor¡± que da grima, por cobarde y pusil¨¢nime. ¡°Este es el cuarto donde hacemos vud¨², presidente; este, donde quemamos prendas blancas; y este, donde mimamos a los ¨¢rbitros¡±, le cuentan al correspondiente en su toma de posesi¨®n.
Para un club que dice ser m¨¦s que solo eso, que fue el primero en echar a los ultras, que presume de valors, este episodio es m¨¢s ultrajante y vergonzoso que las goleadas en contra en Europa. Que piensen los victimistas habituales que hubieran pillado en las mismas al Real Madrid, siempre sospechoso conspirador arbitral: habr¨ªa disturbios en las calles.
El asunto, aunque oneroso, presenta un aire chapucero, de Pepe Gotera y Otilio, pues se pagaba una supuesta influencia que no ha evitado errores que, por ejemplo, han costado Ligas. Pero es que eso da igual, lo grave es que se haga, que se intente. Que se sepa que puede funcionar. Y, sobre todo, ensucia los ¨¦xitos, pues autoriza a sospechar de ellos. Nos roban a los cul¨¦s, no solo a los dem¨¢s.
?nico club del mundo sancionado judicialmente, esto ahonda en el descr¨¦dito del Bar?a, que est¨¢ dejando atr¨¢s sus peores a?os en lo deportivo, pero al que le costar¨¢ m¨¢s tiempo recuperar su imagen de club digno. Quiz¨¢ nunca lo haga, son muchos esc¨¢ndalos estos a?os. Este, el peor. La mancha es indeleble.