M¨¢s optimista que ayer, pero menos que ma?ana...

El Madrid es un maravilloso veneno. Te embriaga, te aturde y, cuando podr¨ªa afectarte a la salud y dejarte tirado en la cuneta, te da un impulso salvaje que acaba en un estado de felicidad incontrolable que te permite alcanzar el ¨¦xtasis. No me pidan explicaciones coherentes, no me hagan sesudos an¨¢lisis futbol¨ªsticos, no me pidan un juicio riguroso, objetivo y presuntamente sensato.

No cometan el mismo error en el que cayeron los que profetizaban que el ogro blanco iba a claudicar ante el Derby County (1975), el Anderlecht (1984), el Borussia M?nchengladbach (1985), el Inter (1985 y 1986), el PSG (2022), el Chelsea (2022), el City (2022) o el Bayern M¨²nich (2024). Lo sucedido en esas noches de locura conejil queda grabado en el disco duro del madridismo militante. Lo vivimos. Estuvimos all¨ª. Somos una casta privilegiada que particip¨® in situ de la enajenaci¨®n mental transitoria de miles de almas blancas...

Por eso, cada hora que pasa estoy m¨¢s convencido de la remontada. No es postureo, no es un juicio populista y superficial, no es un quedabien. El Madrid tiene jurisprudencia en la materia, es un club elegido por los dioses del f¨²tbol para protagonizar esas p¨¢ginas escritas con letras regadas por las l¨¢grimas de millones de vikingos repartidos por los cinco continentes. Ser del Madrid te obliga a creer sin condiciones, a estar convencido de que la palabra ¡°imposible¡± est¨¢ exiliada de nuestro vocabulario, a dar por hecho que el Arsenal es otra v¨ªctima necesaria que pasaba por ah¨ª y que va a probar por primera vez la vacuna que te crear¨¢ anticuerpos para la pr¨®xima. Pero de esta no os libr¨¢is, gunners...

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