Mal juego, mal arbitraje
Derbi nefasto. Una vez le¨ª a Arist¨®teles una frase que a menudo utiliza el Madrid en su filosof¨ªa de vida, que tanta grandeza le ha dado durante d¨¦cadas: ¡°Lo que con mucho trabajo se adquiere, m¨¢s se ama¡±. Cuando uno juega un derbi imagina que el Madrid saltar¨¢ al campo con esa pasi¨®n que s¨ª se genera en ambas aficiones. Da igual que en los ¨²ltimos 14 derbis el Atleti s¨®lo hubiese ganado uno. Ya avis¨¦ en la v¨ªspera que para los rojiblancos ganar al Madrid es como conquistar un t¨ªtulo. Les salva la temporada. Por eso, la ¨²nica forma de contrarrestar ese empuje emocional es saltar al verde con m¨¢xima concentraci¨®n y con el entusiasmo que tu afici¨®n te pide en noches as¨ª. Ya s¨¦ que para el Madrid no es tan trascendente un derbi. En los que hay que ganar s¨ª o s¨ª no fallan: las finales de Lisboa y Mil¨¢n son el mejor ejemplo. Pero en estos derbis de entreguerras el equipo se deja llevar, como si no pasase nada ante una claudicaci¨®n. Por eso, de nuevo, el inicio del partido fue espeso y el rival sac¨® tajada adelant¨¢ndose muy f¨¢cil. Si a Morata le dejas volar con libertad y sin encimarle, te mata de cabeza. La zaga estuvo desubicada y sin intensidad. La noche de Alaba y R¨¹diger da para una sesi¨®n larga de v¨ªdeo en Valdebebas. Los desajustes fueron sorprendentes y la facilidad de Morata, Griezmann, Nahuel y Samuel Lino para llegar como Pedro por su casa result¨® determinante. En esta ocasi¨®n, la defensa no tuvo defensa. La autocr¨ªtica es el mejor camino para crecer.
El arbitraje. Mi paisano Alberola es un ¨¢rbitro joven, que adem¨¢s pudo superar un problema de salud serio. Pronto ser¨¢ internacional y yo lo ve¨ªa fuera de ese arco que ha levantado ampollas en el madridismo como Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez y compa?¨ªa. Pero nada ha cambiado. Tres jugadas decisivas y tres monedas al aire que cayeron del lado atl¨¦tico. Respeto mucho a Iturralde, pero discrepo de su lectura de las tres jugadas que pudieron cambiar el curso del derbi. La falta de Hermoso a Bellingham antes del 1-0 fue muy clara en mi criterio. Ya s¨¦ que no es falta de VAR, pero s¨ª de Alberola, que debi¨® sancionarla. El 1-0 no habr¨ªa llegado. Me irrita m¨¢s el gol del empate anulado a Camavinga en plena reacci¨®n madridista. R¨¹diger no interfiere en el salto con Hermoso porque el bal¨®n pasa dos metros por encima de sus cabezas. Inevitablemente Alaba hubiese rematado en la misma posici¨®n y el gol habr¨ªa llegado igual. Oblak sigui¨® con la mirada el bal¨®n, no a R¨¹diger. El VAR debi¨® corregir la decisi¨®n de campo. Y tercera queja. La entrada de Gim¨¦nez a Rodrygo es naranja-roja. Cierto que no le impacta con los tacos, pero entra como una flecha desentendi¨¦ndose de la pelota y se lo lleva por delante al brasile?o en una ocasi¨®n manifiesta de gol. O sea, con el Reglamento en la mano, el derbi se hubiese ido al descanso con 2-2 en el marcador y los del Cholo con uno menos. D¨¦jenme que diga que a pesar del mal juego general de la tropa de Ancelotti, el desenlace pudo ser otro. Seguro que hoy no habr¨¢ comunicado del Atleti quej¨¢ndose del arbitraje...
Brahim, brotes verdes. En una noche con tantos nubarrones y escasos puntos de luz, el madridismo puede aferrarse a los buenos minutos de Brahim, que fue de lo mejor en un derbi para el olvido. Desequilibr¨®, fue el¨¦ctrico y gener¨® mucho peligro por la banda derecha. El malague?o pide a gritos la titularidad. En fin, toca levantarse y pasar p¨¢gina. Mis amigos del Atleti ya pueden dormir tranquilos. Han ganado al Madrid. Casi nada. Para ellos es una gesta.