Made in China
Vuelva la Selecci¨®n. Espa?a se enfrentar¨¢ a Noruega el jueves 6 y a China el martes 11 de abril. A Noruega y su forma de ver el f¨²tbol la conocemos, pero, ?qu¨¦ pasa con China? Hace casi una d¨¦cada, China elabor¨® un plan de 50 puntos e invirti¨® miles de millones para convertirse en una potencia mundial y dejar de ser el retiro de algunos futbolistas. Pudimos ver a su presidente, Xi Jinping, golpeando un bal¨®n; se construyeron decenas de campos, las escuelas fueron obligadas a a?adir el f¨²tbol en su curr¨ªculum y los grandes magnates como Chen Yansheng, Wang Jianlin o Jiang Lizhang invirtieron tanto en equipos extranjeros (Milan, Olympique Lyon¡) como locales (Espanyol, Atl¨¦tico de Madrid, Granada...). Llegaron a liderar la tabla mundial de inversi¨®n con 2.150 millones de euros, siete veces m¨¢s que el segundo clasificado, Estados Unidos. Adem¨¢s, aterrizaron en este pa¨ªs estrellas como: Lavezzi, Tevez, Hulk, Mascherano, Jackson Mart¨ªnez, Fellaini o Vero Boquete. Tambi¨¦n se invit¨® a entrenadores extranjeros para trabajar en las escuelas de f¨²tbol base. Todo esto con la idea de que fuera creciendo la cantera de futbolistas chinos, tener m¨¢s de calidad en la Superliga china y alcanzar un gran nivel en la selecci¨®n.
El proyect¨® fracas¨®. No se obtuvieron los resultados esperados ni en el campo ni en los n¨²meros. Se invirti¨® mucho y se gan¨® poco. Varios equipos quebraron. La federaci¨®n china redujo a 3 millones de euros el tope salarial para futbolistas extranjeros y recort¨® a 630 mil euros el de los nacionales. Tambi¨¦n control¨® los bonus por temporada. Pasaron de una inversi¨®n de 246 millones a 71. Eso le vino bien a Europa para repatriar jugadores a precios asequibles, como le ocurri¨® a Carrasco, Gudelj o Mario Su¨¢rez, y para que los locales siguieran los pasos de Wu Lei y probaran suerte en otras ligas. Adem¨¢s, el a?o pasado, la federaci¨®n asi¨¢tica de f¨²tbol rescindi¨® un contrato de televisi¨®n multimillonario con una empresa de medios china. La Premier League hizo lo mismo en 2020. El dinero chino hacia las clubes extranjeros ha sido reemplazado por los d¨®lares del Golfo. Todo esto, acompa?ado de falta de talento, detenciones de altos cargos y la incapacidad nacional para tener ¨¦xito en deportes de equipo. El gran sue?o futbol¨ªstico chino ha terminado. Eran tan altas las expectativas que la decepci¨®n ha sido todav¨ªa mayor.
China con 1.413 millones de habitantes, no le encuentra el punto al f¨²tbol. La selecci¨®n masculina, n¨²mero 80 en el ranking FIFA, ocupa casi la misma posici¨®n que cuando se aprob¨® el plan de reforma del f¨²tbol chino hace ocho a?os. Han jugado tan solo un Mundial (2002). Por su parte, la selecci¨®n femenina pretende volver a ser aquel equipo que consigui¨® la plata en Atlanta 96 y el subcampeonato del mundo en el 99 perdiendo en los penaltis contra Estados Unidos. Esperemos que su f¨²tbol siga as¨ª al menos hasta que termine el Mundial de Australia y Nueva Zelanda este verano.
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