Los profetas pueden seguir en su sill車n
?ltimamente se repite como un mantra y termina convirti谷ndose en sentencia que los j車venes se aburren con el f迆tbol actual, que no mantienen la atenci車n, que necesitan est赤mulos extras para engancharse. Las audiencias del Mundial de Qatar ya desmintieron la corriente que pretende hacer pasar por verdad inmutable lo que a ellos, simplemente, les va bien para sus negocios, sus dineros, sus sillones gigantes y sus luces de ne車n fluorescentes. Y el partido copero entre Real Madrid y Atl谷tico confirm車 las sospechas de que hay profetas que venden crecepelos que no estoy dispuesta a comprar. Porque el derbi fue de esos partidos que si te vas al ba?o, te pierdes algo seguro. Imposible aburrirse.
Los de Simeone firmaron una primera parte fant芍stica y se adelantaron en el marcador gracias a un gol de Morata en el 19∩. Muy superiores, con un Griezmann en plan jefe y con una versi車n dominante, valiente, que ya quisieran haber tenido en una temporada que hasta el momento es desastrosa, no aprovecharon el telele blanco. En la segunda comenzaron con la otra tan conocida, la del paso atr芍s y a verlas venir, mientras que el Madrid se puso las pilas y Oblak les salv車 con un parad車n a bocajarro a disparo de Benzema. El gol de Rodrygo, cambi芍ndosela de pie, regateando, peg芍ndola con el exterior del pie derecho, fue mejor a cada repetici車n a c芍mara lenta y Courtois tuvo que aparecer porque el Atl谷tico mantuvo la emoci車n y dio un par de zarpazos.
En la pr車rroga marcaron Benzema y Vinicius ya con Griezmann en el banquillo y Savic expulsado. Remont車 el Madrid en un partido entretenido, intenso, con giros de guion en el que termin車 atrincherado por momentos. F迆tbol, vaya. No solamente somos capaces de ver 90 minutos, sino hasta 120 si la ocasi車n lo merece y nos dan buen alpiste. Que no nos cuenten milongas s車lo porque nos hacemos mayores, que no nos traguemos las nuevas teor赤as s車lo porque les interesa vendernos su moto, su producto. Porque esto sigue siendo divertidis赤mo y de este sill車n no me mueven.