Los pinchazos de Nadal no son dopaje
La Agencia Mundial Antidopaje se fund¨® en 1999, tras el maremoto provocado por el Caso Festina en el Tour 1998. El esc¨¢ndalo de aquella farmacia rodante y la judicializaci¨®n del dopaje aconsejaron la unificaci¨®n de la lucha a trav¨¦s de un ente internacional. Sobre todo exist¨ªa la necesidad de coordinar a los diferentes deportes a trav¨¦s de un reglamento ¨²nico. Que un tenista o un ciclista o un futbolista recibiera la misma sanci¨®n si consum¨ªa la misma sustancia. Eso se ha logrado, al menos en teor¨ªa, a trav¨¦s del C¨®digo Mundial Antidopaje, de obligado cumplimiento para sus firmantes. La r¨²brica obliga a las Federaciones Internacionales, pero tambi¨¦n a los Gobiernos. De hecho, Espa?a ha tenido que rehacer varias veces su marco legislativo para adaptar sus leyes al dictado de la AMA.
El C¨®digo Mundial es, en definitiva, el ¨²nico baremo internacional para determinar lo que es dopaje y lo que no lo es. Su director general, Olivier Niggli, aclar¨® ayer en la televisi¨®n suiza RTS que las inyecciones anest¨¦sicas que se aplic¨® Rafael Nadal para competir en Roland Garros no est¨¢n incluidas en la lista de sustancias prohibidas. En la misma l¨ªnea se manifest¨®, en un comunicado, la Sociedad Espa?ola de Medicina del Deporte. Todo ello viene por las dudas sembradas por dos ciclistas franceses, Guillaume Martin y Thibaut Pinot, sobre el tratamiento de Nadal, a la vez que sacaban pecho acerca de que esas pr¨¢cticas no est¨¢n permitidas en su deporte. No es exactamente as¨ª. La UCI se rige por el mismo C¨®digo que el tenis. Otra cosa es que el ciclismo, por su oscuro pasado, haya tenido que extremar su pol¨ªtica antidopaje y su discurso. La lucha de Martin y Pinot es muy digna, porque adem¨¢s denota un cambio de actitud en el pelot¨®n hacia la trampa, pero la confusi¨®n p¨²blica no es el mejor camino. S¨®lo la AMA decreta las prohibiciones. Y los pinchazos de Nadal no son dopaje.