Lobos
¡°Somos una manada de lobos y los lobos, cuando van juntos, son capaces de acabar con leones¡±. As¨ª se manifestaba hace unos d¨ªas el entrenador del Burgos, Juli¨¢n Calero, tras una victoria de su equipo. La psicolog¨ªa deportiva ha avanzado enormemente en los ¨²ltimos a?os, pero, en el fondo, seguimos recurriendo a las mismas met¨¢foras para crear grupo. En la antigua Roma, el lobo se asoci¨® a Marte, dios de la guerra. El hombre tem¨ªa y admiraba, a la vez, su ferocidad. Y sin duda se sinti¨® atra¨ªdo por la manera en que la manada trabajaba junta para acorralar a su presa y matarla. No por casualidad, ser¨ªa una loba quien en la mitolog¨ªa romana amamantara a R¨®mulo y Remo.
El hombre se ha comparado desde antiguo con otros animales, estableciendo paralelismos. Incluso los dioses se han vinculado a animales. La mansedumbre preconizada por Jesucristo se simbolizaba con el cordero y si las Escrituras dicen que entr¨® en Jerusal¨¦n montado en un asno es porque quer¨ªa comunicar su humildad, frente a la soberbia de los reyes que cabalgaban en enjaezados corceles.
Claro que es l¨®gico que el f¨²tbol se inspire m¨¢s en aquellos animales que sugieren bravura. Si la manada comunica que con agresividad, inteligencia y solidaridad grupal se puede cobrar cualquier pieza ¡ªsometer a cualquier rival¡ª, a veces tambi¨¦n actuamos como un lobo solitario. Hermann Hesse se vio a s¨ª mismo como un lobo estepario y no nos es dif¨ªcil experimentar la emoci¨®n que sentir¨ªa el protagonista de la novela, y posterior pel¨ªcula, ¡®Bailando con lobos¡¯.
No s¨¦ qui¨¦n puso el apodo al ¡®Lobo Carrasco¡¯, pero sin duda no se debi¨® solo a su negra melena y sus ojos rasgados. Siempre me record¨® a otro lobo, Carlos Diarte, ex del Zaragoza, Valencia y Betis en los a?os 70, a quien su compa?ero en el Olimpia, Mario Ribarola, puso el mote de lobo por su amplia y r¨¢pida zancada. El proceso civilizatorio consiste, en gran medida, en alejarnos de nuestra animalidad. Pero el f¨²tbol nos recuerda que, en el fondo, a?oramos algunos de los rasgos y comportamientos que observamos en las bestias. ?Qui¨¦n no ha querido ser, aunque sea por un d¨ªa, el tigre Falcao, el toro Acu?a o un le¨®n indomable como Eto¡¯o? Claro que, igual hoy, se lleva m¨¢s el panda.
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