Lo que uno vale
Ocurri¨® un julio de hace ya muchos a?os. Me encontr¨¦ con ¨¦l a la salida de un restaurante. Nos dimos un abrazo, nos preguntamos por las familias y esas cosas. Me hizo ilusi¨®n verlo. Antes de despedirnos le pregunt¨¦ qu¨¦ planes ten¨ªa para la siguiente temporada. ?l era futbolista profesional. No un fuera de serie, pero s¨ª un tipo cumplidor, que nunca fallaba, uno de esos que se necesitan en todas las plantillas. Su club lo hab¨ªa dejado libre hac¨ªa tres semanas. Acababa de cumplir la treintena y siempre hab¨ªa jugado en Primera o Segunda. Habl¨® con la sonrisa de quien est¨¢ convencido de que el futuro le devolver¨¢ el gesto. Dijo que no ten¨ªa dedos para contar las ofertas que le hab¨ªan llegado y que no se precipitar¨ªa en decidir.
Pas¨® el verano. Cuando volv¨ª a encontrarme con ¨¦l todav¨ªa no ca¨ªan las hojas de los ¨¢rboles, pero los ni?os ya hab¨ªan regresado a las aulas. El tiempo segu¨ªa su curso. Intercambiamos de nuevo f¨®rmulas de cortes¨ªa. Como no me dijo cu¨¢l de todas las ofertas para las que no ten¨ªa dedos hab¨ªa aceptado, no me atrev¨ª a preguntar. No se me escap¨®, por otro lado, que ya no sonre¨ªa. Al d¨ªa siguiente le¨ª, en una min¨²scula nota en la prensa deportiva, que mi conocido marchaba a jugar a un pa¨ªs de esos que te cuesta se?alar en el mapa y cuyas capitales salen m¨¢s en las preguntas del Trivial que en las noticias de internacional.
La tercera vez que me lo encontr¨¦ aquel a?o fue en Navidades. Hab¨ªa vuelto para visitar a la familia. Me cont¨® que todos los clubes que mostraron inter¨¦s en ¨¦l fueron dejando de hacerlo al no obtener r¨¢pida respuesta. Simplemente, ficharon a otros. Para cuando quiso darse cuenta, ya nadie ten¨ªa su nombre apuntado en la libreta. Eso s¨ª, me alegr¨® escucharle hablar del lugar donde hab¨ªa viajado como un joven Her¨®doto fascinado por la amplitud del mundo. Creo que all¨¢, tan lejos, fue feliz. ¡°Es que el avance del mercado hace que perdamos valor como coches de segunda mano¡±, me dijo un exfutbolista, buen amigo, cuando le habl¨¦ de la historia anterior. Este me cont¨® que a ¨¦l le retiraron una oferta mientras estaba volando a la ciudad en la que iba a firmar por el equipo que se la hab¨ªa hecho. Cuando lleg¨® al aeropuerto no hab¨ªa nadie para recogerlo. El club hab¨ªa contratado a otro.
En estas semanas de mercado me he acordado de ambos. Qu¨¦ dif¨ªcil es encontrar siempre a quien cree que vales lo que t¨² crees que vales. Qu¨¦ dif¨ªcil es tomar decisiones concretas sobre tu futuro, como en un libro de Descubre tu propia aventura.