Las viudas
Por primera vez en bastantes a?os, se presenta el Bar?a al inicio de Liga con una plantilla y, sobre todo, con una ilusi¨®n y expectativas muy mejoradas con respecto al a?o anterior. Para un equipo del que cada temporada se iba un jugador hist¨®rico (Puyol, Vald¨¦s, Xavi, Iniesta, Neymar, Su¨¢rez, Messi), que dilu¨ªa su idea y motivaci¨®n hasta perder competitividad a chorros, maltratado por ajenos y, lo que es peor, por propios, este verano ha supuesto una inyecci¨®n de energ¨ªa y moral tras otra. Cada semana supera a la anterior en cuanto a buenas nuevas, lo que se necesitaba se consigue con precisi¨®n.
La venta de las joyas de la abuela ha permitido reformar la casa, aunque otros griten y protesten: quieren que se usen para ponerla guapa en el entierro. Al Bar?a solo le vale huir hacia arriba y, mal que pese a muchos, puede hacerlo: tiene activos, tiene un presidente con una voluntad y optimismo demoledores, un entrenador implicado con m¨¦todo y plan, con ascendente y que encarna la idea del club, y un ejecutivo que parece el arquitecto de Matrix, Alemany.
Ha fichado el Bar?a al mejor delantero del mundo, un jugador que se convierte desde que llega en el mejor de la plantilla, mascar¨®n de proa, el necesario ¨ªdolo. Que Lewandowski haya elegido Bar?a, que Kound¨¦ o Raphinha hayan esperado, que suene Bernardo Silva, es debido a un efecto atractor del que nos hemos olvidado en estos a?os de crisis y que explica que los descartes no se quieran ir. El Bar?a es una potencia y lo ser¨¢ siempre. La marca est¨¢ relacionada con ¨¦xitos no tan lejanos y con una manera de entender el juego que ha dejado huella.
No todo es brillante: el club se est¨¢ portando regular con Frenkie o Memphis, otro tipo de joyas que quieren vender. Cuando uno convoca el ¨¦xito es cuando menos debe dejar de lado los valores de los que a veces ha presumido. En fin, las viudas de Messi festejamos el renacimiento un a?o despu¨¦s, quiz¨¢ prematuramente, ahora empieza lo serio, espero que nuestra ilusi¨®n no preocupe demasiado.